sábado, 27 de febrero de 2010

Cuarenta y tres dirigentes guatemaltecos fueron asesinados en 3 años


El Movimiento Sindical, Indígena y Campesino Guatemalteco (MSICG) informó que desde enero de 2007 hasta la actualidad 43 sindicalistas y dirigentes campesinos fueron asesinados por paramilitares vinculados a las empresas y al Estado.




Los datos fueron publicados en el informe "Guatemala: El costo de la libertad sindical".
El MSIG es la organización de alcance nacional que más víctimas mortales tiene en este período.
El informe concluye que la situación en materia de derechos humanos en Guatemala se agravó con el presidente Álvaro Colom, que llegó al Gobierno en enero de 2008.
Sólo ese año se registraron 16 asesinatos contra dirigentes sociales, mientras en 2006 sólo hubo 1 caso con esas características.
En lo que va de 2010 se reportaron 3 casos de homicidios, el último de ellos la semana pasada cuando fue asesinado en el departamento de San Marcos, Octavio Roblero, del Frente de Resistencia en Defensa de los Recursos Naturales de Malacatán (FRENA).
El informe destaca que el 98 por ciento de los asesinatos se produjeron poco después de algún conflicto por reclamos laborales o en defensa de los recursos, y en la mayoría de los casos hubo intimidaciones previas.
Finalmente, el documento señala que "existen indicios razonables y en algunos casos elementos de convicción de que al menos en 23% de los asesinatos hubo participación de las fuerzas de seguridad del Estado, vinculadas directamente a órdenes del organismo ejecutivo o de las Municipalidades". (PÚLSAR/RadioMundoReal)

26/02/2010


Tomado de http://www.agenciapulsar.org/nota.php?id=16763

miércoles, 24 de febrero de 2010

El debate sobre la inflación

Más allá de los índices inflacionarios, está claro que los precios aumentan y como siempre, afectan a la población de más bajos ingresos. Es una situación que genera debates interesantes y por cierto, algunas explicaciones insólitas. Desde el Jefe de Gabinete que señala que los precios aumentan porque existe una mejora en la distribución del ingreso, lo que invalidaría por definición el reclamo por la mejora en la distribución, una consigna extendida en el movimiento popular y el arco político de la izquierda en sentido amplio. Sindicar el consumo de los pobres como parte de la escalada de precios invalida la propia “política social” gubernamental, con 2 millones de beneficiarios directos. La inflación erosiona esos ingresos que en general no se actualizan. Por su parte, el Ministro de Economía pretende radicar el incremento de precios solo en algunos bienes o servicios para no asumir el rebrote inflacionario.

Desde el propio entorno oficial, el secretario de la CGT salió a defender el reclamo salarial por ingresos atrasados, de salarios contra precios y anticipa discusiones y conflictos por reajustes salariales muy lejanos de los valores oficiales de la inflación del 2009. Es cierto que la demanda por ingresos también reaparece desde el lado de los desocupados y sus movimientos territoriales, recreando anteriores reclamos y multiplicando la petición por mejora de ingresos entre trabajadores en actividad y desalojados del mercado laboral. La medición inflacionaria del INDEC registró un crecimiento del 7,7% para el pasado año, y los dirigentes sindicales demandan reajustes entre el 20 y 25% para la ronda de negociaciones colectivas, valores que anticipan la inflación del 2010. Las patronales no quieren sobrepasar montos entre el 12 y el 15%. Para ello presionan sobre las autoridades y cuentan con el bajo nivel de sindicalización de sus trabajadores. Claro que al mismo tiempo intentan sacarse responsabilidad sobre la suba de precios, demandando políticas económicas que favorezcan las inversiones privadas y fundamentalmente se les otorgue seguridad jurídica para satisfacer el objetivo de la ganancia.

Alimentos y carnes
Pero decíamos que el tema suscita debates interesantes y quizá en ellos debamos concentrarnos, pues existen polémicas sobre los índices, el fenómeno inflacionario y mucho menos sobre las causas de fondo y consideraciones de política económica alternativa.
Una de las discusiones de esta hora remite al precio de los alimentos en general y de la carne en particular. Es sabido que se trata de un alimento esencial en la dieta alimentaria de los argentinos, difícil de sustituir, especialmente para economías familiares de ingresos escasos.
El INDEC informó un crecimiento de los precios al consumidor del 1% para enero, de 1,6% para el rubro alimentos, en el cuál sobresale un incremento de las carnes del 4,7%. Los medios de comunicación, enfrentados al gobierno, respondieron con entrevistas a comerciantes (carniceros) que hablaban de crecimientos entre el 25 y 30% en el verano. El INDEC se sintió obligado a aclarar, y el viernes pasado (12/02/10) emitió un comunicado de prensa explicando que el 4,7% de subas es resultado del promedio de todos los tipos de carne (vacuna, aves, pescado, mariscos, fiambres y embutidos) y que para “cortes delanteros y traseros de carne vacuna fresca”, aumentó un 7,06% con respecto al mes anterior. Al final del mensaje “recuerda que el índice publicado en esta oportunidad se refiere exclusivamente al mes de enero de 2010, por lo que no incluye las variaciones de precios ocurridas en las últimas dos semanas” (febrero), con lo cual, hay que prepararse para el registro del presente mes.
Adicionemos a la cuestión de los índices que esa suba en carnes fue igualada por el rubro “Diarios, Revistas y Libros” y solo superada por el rubro “Turismo” que alcanzó un crecimiento del 7,9%. Ambos son consumos de sectores que mantienen capacidad de gasto.

Convengamos de todos modos, que el 1% de inflación minorista en enero está lejos de otras mediciones, incluidas algunas provincias que no siguen la metodología implementada en el organismo nacional. Para la ex Directora del IPC del INDEC, Graciela Bevacqua, que continúa la serie abandonada en el INDEC (desde Buenos Aires City, centro insertado en la Facultad de Económicas de la UBA) difundió un guarismo de crecimiento de los precios de 2,3% para enero. En su informe, puede observarse que el registro del IV trimestre del 2009, anualizado, alcanza al 17,7%. Muy superior, por cierto, al oficial difundido del 7,7%. Pero aún así, este indicador ubica a la Argentina como uno de los países de la región latinoamericana con mayores incrementos de precios en el 2009 y en la perspectiva del 2010. La mención vale por la importancia cultural que en la historia reciente ha tenido la inflación, aún luego de once años de convertibilidad y estabilidad de precios.

Argumentos en discusión
Estos índices traen la discusión sobre el fenómeno “crecimiento de precios”, donde cada quién aporta sus argumentos, sean productores, fabricantes (especialmente frigoríficos), los comercializadores (especialmente los grandes supermercados), exportadores, y donde se perjudican los consumidores de menor capacidad de compra, ya que en los de elevado ingreso poco incide la variación de precio de los cortes más caros, o de otros productos, al momento del consumo. Pero también están los comentaristas (políticos, periodistas, especialistas), que de un lado justifican los elevados precios por la disminución en la producción por imperio de la expansión de la siembra y cosecha de soja (precios y rentabilidad mediante), o la sequía del último año. Cada quién con su argumento pretende colocar en discusión su cuota de razón.
Los productores justifican la retención para intentar recuperar terreno perdido de la ganadería a mano de la agricultura, o por perdidas derivada de la falta de agua. Desde otro ángulo se usa el mismo argumento para sindicarlos como responsables de las penurias de la sociedad que debe pagar más por los consumos cotidianos. Los fabricantes más concentrados, en muchos casos coincidentes con los grandes comercializadores del mercado local y externo justifican la lógica capitalista de obtener localmente el precio internacional en sus ventas. Desde el gobierno se insiste en que la situación sería distinta con aplicación de las retenciones móviles rechazadas en el Parlamento en 2008. Una forma de asignar a la política fiscal funciones más específicas de un curso de acción productivo, especialmente en el agro y la generación de alimentos.
Por todo ello, el problema es el “modelo productivo”, capitalista, lo que supone decisiones mercantiles avaladas por un régimen legal y una política (económica) que no discute los modos para asegurar Soberanía Alimentaria (también energética y financiera), lo que pondría en discusión el régimen de propiedad de la tierra y la dominación monopolista en el encadenamiento productivo que dirigen las transnacionales de la alimentación y la tecnología para su producción. La discusión se aceleró desde Punta del Este, con un discurso del próximo presidente uruguayo, Pepe Mujica, que entusiasma a los empresarios de acá, que fueron mayoría en ese encuentro que la prensa comenta reunió a unos 1.500 empresarios. El discurso envalentona a los que demandan “seguridad jurídica de las inversiones”, como base de sustento de una política de acumulación capitalista. El argumento es que la inflación se combate con más producción y para eso se requiere estimular la inversión privada. Algo muy distinto de los que proponemos resolver otras “seguridades”, sociales y culturales, de quienes sufren en forma directa el crecimiento inflacionario en la condiciones de funcionamiento del capitalismo.
Por eso la Soberanía alimentaria, energética o financiera, como objetivo de política económica. En tiempos de bicentenario, donde se alude a la dependencia y su contrario, la independencia, resulta importante se cuestione el orden económico social vigente y pensar en términos alternativos, que orienten “otro modelo de producción”, con otros beneficiarios. Es la posibilidad de la Argentina y sus ventajas comparativas alimentarias para aportar a la experiencia emancipadora en curso en la región latinoamericana y caribeña

por Julio C. Gambina

lunes, 22 de febrero de 2010

Moscú instalará carteles en homenaje a Stalin












El líder del Partido Comunista de Rusia, Guennadi Ziugánov, saludó la iniciativa de engalanar las calles de Moscú con vallas con el retrato del dirigente soviético Iósif Stalin e información sobre su papel en la II Guerra Mundial.


El proyecto de la alcaldía de Moscú de instalar carteles a la gloria de Joseph Stalin con motivo del 65º aniversario de la victoria sobre los nazis, reavivó en Rusia la polémica sobre el dirigente soviético.

Diez carteles con el retrato de Stalin serán instalados "a pedido de ex combatientes" en los lugares donde éstos se reúnen el 9 de mayo, entre ellos ante el teatro Bolshoi, en pleno centro de Moscú, precisó el jueves Vladimir Makarov, presidente del comité para la publicidad de la alcaldía de la capital.

El líder del Partido Comunista de Rusia, Guennadi Ziugánov, saludó la iniciativa de engalanar las calles de Moscú con vallas con el retrato del dirigente soviético Iósif Stalin e información sobre su papel en la II Guerra Mundial.

"Si las autoridades moscovitas toman esta decisión, no sólo será indiscutiblemente acertada, sino también valiente", dijo el máximo dirigente comunista sobre esta propuesta con motivo del 65 aniversario de la victoria sobre la Alemania nazi, que se celebra el próximo 9 de mayo.Ziugánov agregó que de prosperar la iniciativa, por primera vez en los últimos 20 años las autoridades "dejarán de lado la hipocresía de felicitar a los rusos por la fiesta de la victoria olvidando nombrar al que fue el máximo dirigente de la URSS, bajo cuyo mando se logró ese triunfo".

"Hay que ser honesto hasta el final y reconocer, informando de ello sobre todo a las generaciones más jóvenes, que esa gran victoria habría sido impensable sin Stalin (...) y la unidad del pueblo soviético", subrayó el líder comunista en declaraciones a la agencia Interfax.

Calificó de "absoluto disparate" las afirmaciones de que precisamente Stalin fue culpable de que las pérdidas humanas de la Unión Soviética superaran con creces las bajas de la Alemania nazi.

"Las afirmaciones de que sacrificamos en la guerra la vida de 27 millones de ciudadanos soviéticos, mientras que en el caso alemán fueron menos, es un absoluto disparate", señaló.

Agregó que "las bajas en los ejércitos alemán y soviético fueron equiparables en cuanto a su dimensión".

"Muchos millones de los nuestros, civiles, fueron aniquilados precisamente por los fascistas", subrayó.

Señaló que todas las actividades de los comunistas con motivo del 65 aniversario de la victoria reflejarán el papel del líder soviético e indicó que está preparando un ensayo que lleva por título "La época de Stalin en cifras: hechos y conclusiones". Por su parte, el jefe de la Duma o Cámara de Diputados de Rusia y líder del partido oficialista Rusia Unida, Borís Grizlov, se expresó en contra de la iniciativa del comité publicitario de la capital de instalar vallas informativas sobre Stalin. "Podemos decir, por los resultados de la Gran Guerra Patria (como denominan los rusos al período de la II Guerra Mundial entre 1941 y 1945), que el ganador no fue Stalin, sino el pueblo", afirmó.

Según Grizlov, en este sentido habría que hablar del papel de todo el pueblo, de los veteranos, que forjaron la victoria.

"No es posible enmendar el ambiguo papel de Stalin en la vida de nuestro país", subrayó.

Tomado de la Republica.es

sábado, 20 de febrero de 2010

ACTO POLITICO CULTURAL POR LA MEMORIA

A 34 años del golpe cívico-militar, el modelo político, económico y cultural sigue en pie. Sino como se entiende la desaparición con vida de Julio Lopez o q en un país con capacidad para dar de comer a 300 millones de personas, se mueran 50 personas por día de hambre o enfermedades curables.
Y sin olvidar que en esta seudo-democracia, solo en el 2009, hubo 50 casos entre amenazas, seguimientos y secuestros, todos ellos pertenecientes a la Federación Juvenil Comunista.
Por estas y muchas cosas mas decimos NUNCA MAS!!!!!!
30.000 compañeros detenidos- desaparecidos PRESENTES!!!!!

Los esperamos a todos el día 13 de marzo a partir de las 10 hs en la calle Progreso y 12 de Octubre Florencio Varela.
Porque sin memoria no hay verdad, y sin verdad no hay justicia.

martes, 16 de febrero de 2010

Hechos, No Palabras *Los derechos humanos en Cuba*

Esta es una película sobre el proceso político cubano y sus particularidades.
Es un material sobre el ejercicio de una Democracia diferente a la que tratan de imponer los grandes centros de poder.

Por más de 47 años, la Revolución Cubana ha sido víctima de millonarias campañas mediáticas e innumerables intentos de aislamiento como parte de una política de BLOQUEO que no ha desestimado ninguna variable de agresión. La violación de los derechos humanos en Cuba ha estado en el centro mismo de estas acciones. Este ha sido el principal argumento para el Bloqueo que Cuba viene soportando desde hace más de cuarenta años, tema abordado en la primera realización de Carolina Silvestre en el año 2005 : “Bloqueo, la guerra contra Cuba".


 
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TAREAS DE LAS JUVENTUDES COMUNISTAS (V.I. Lenin)


(Lenin es acogido por el Congreso con una clamorosa ovación)
Camaradas: Quisiera departir hoy con vosotros sobre las tareas fundamentales de la Unión de Juventudes Comunistas y, con este motivo, de lo que deben ser las organizaciones de la juventud en la República socialista en general.
LeninEste problema merece tanto más nuestra atención por cuanto puede decirse, en cierto sentido, que es precisamente a la juventud a quien incumbe la verdadera tarea de crear la sociedad comunista. Porque es evidente que la generación de militantes educada en la sociedad capitalista puede, en el mejor de los casos, cumplir la tarea de destruir los cimientos de la vieja vida capitalista basada en la explotación. Lo más que podrá hacer es organizar un régimen social que ayude al proletariado y a las clases trabajadoras a conservar el poder en sus manos y a crear una sólida base, sobre la que podrá edificar únicamente la generación que empieza a trabajar ya en condiciones nuevas, en una situación en la que no existen relaciones de explotación entre los hombres.
Pues bien, al abordar desde este punto de vista la cuestión de las tareas de la juventud, debo decir que estas tareas de la juventud en general y de las Uniones de Juventudes Comunistas y demás organizaciones semejantes, en particular, podrían definirse con una sola palabra: aprender.
Es claro que esto no es más que "una palabra". Y esta palabra no responde a las preguntas principales y más esenciales: ¿qué aprender y cómo aprender? Y lo esencial en este problema es que; con la transformación de la vieja sociedad capitalista, la enseñanza, la educación y la instrucción de las nuevas generaciones, llamadas a crear la sociedad comunista, no pueden seguir siendo lo que eran antes. La enseñanza, la educación y la instrucción deben partir de los materiales que nos ha legado la antigua sociedad. El comunismo podremos edificarlo únicamente con la suma de conocimientos, organizaciones e instituciones, con el acervo de medios y fuerzas humanas heredado de la vieja sociedad. Sólo, transformando radicalmente la enseñanza, la organización y la educación de la juventud conseguiremos que los esfuerzos de la joven generación den como resultado la creación de una sociedad que no se parezca a la antigua, es decir, de la sociedad comunista. Por ello, debemos examinar detenidamente qué hemos de enseñar a la juventud y cómo ha de aprender ésta si quiere merecer realmente el nombre de Juventudes Comunistas y cómo es necesario prepararla para que sea capaz de terminar y coronar la obra iniciada por nosotros.
Debo decir que la primera respuesta y, al parecer, la más natural es que la Unión de Juventudes, y en general toda la juventud que quiera pasar al comunismo tiene que aprender el comunismo.
Pero esta respuesta, "aprender el comunismo", es demasiado general. ¿Qué necesitamos para aprender el comunismo? ¿Qué necesitamos escoger, entre la suma de conocimiento generales, para adquirir la ciencia del comunismo? En este terreno nos amenaza una serie de peligros, que surgen a cada paso en cuanto se plantea mal la tarea de aprender el comunismo o se entiende de una manera demasiado unilateral.
A primera vista, naturalmente, parece que aprender el comunismo es asimilar el conjunto de conocimientos que se exponen en los manuales, folletos y obras comunistas. Pero eso sería definir de un modo demasiado burdo e insuficiente el estudio del comunismo. Si el estudio del comunismo consistiera únicamente en asimilar lo que dicen los trabajos, libros y folletos comunistas, esto nos daría con excesiva facilidad escolásticos o fanfarrones comunistas, lo que muchas veces nos causaría daño y perjuicio porque estas gentes, después de haber leído mucho y aprendido lo que se expone en los libros y folletos comunistas, serían incapaces de coordinar todos estos conocimientos y obrar como exige realmente el comunismo.
Uno de los mayores males y calamidades que nos ha dejado en herencia la antigua sociedad capitalista es el completo divorcio entre el libro y la vida práctica, pues teníamos libros en los que todo estaba expuesto en forma perfecta, y la mayor parte de las veces esos libros no eran sino una repugnante e hipócrita mentira, que nos pintaba un cuadro falso de la sociedad capitalista.

Por eso, sería una gran equivocación limitarse a asimilar simplemente lo que, dicen los libros del comunismo. Nuestros, discursos y artículos de ahora no son una simple repetición de lo que se ha dicho antes sobre el comunismo, pues están ligados a nuestro trabajo cotidiano en todos los terrenos. Sin trabajo, sin lucha, el conocimiento libresco del comunismo, adquirido en folletos y obras comunistas, no tiene absolutamente ningún valor, ya que no haría más que continuar el antiguo divorcio entre la teoría y la práctica, ese mismo divorcio que constituía el más repugnante rasgo de la vieja sociedad burguesa.
Sería más peligroso todavía que pretendiéramos aprender solamente las consignas comunistas. Si no comprendiéramos a tiempo este peligro, si no hiciéramos toda clase de esfuerzos por evitado, la existencia de medio millón o de un millón de jóvenes de ambos sexos, que después de semejante estudio del comunismo se llamasen comunistas, no causaría sino un gran perjuicio a la causa del comunismo.
Se nos plantea, pues, la cuestión de cómo hemos de coordinar todo esto para aprender el comunismo. ¿Qué debemos tomar de la vieja escuela, de la vieja ciencia? La vieja escuela declaraba que quería crear hombres instruidos en todos los dominios y que ,enseñaba la ciencia en general. Sabemos que eso era pura mentira, puesto que toda la sociedad se basaba y sostenía en la división de los hombres en clases, en explotadores y oprimidos. Como es natural, toda la vieja escuela, saturada de espíritu de clase, no daba conocimiento más que a los hijos de la burguesía. Cada una de sus palabras estaba amañada para favorecer los intereses de la burguesía. En estas escuelas, más que educar a los jóvenes obreros y campesinos, los preparaban para mayor provecho de esa misma burguesía. Trataban de preparar servidores útiles, capaces de proporcionar beneficios a la burguesía, sin turbar, al mismo tiempo, su ociosidad y sosiego. Por eso, al condenar la antigua escuela, nos hemos propuesto tomar de ella únicamente lo que nos es necesario para lograr una verdadera educación comunista.
Y ahora voy a tratar de los reproches, de las censuras, que se dirigen corrientemente a la escuela antigua: y que conducen muchas veces a interpretaciones enteramente falsas. Se dice que la vieja escuela era una escuela libresca, una escuela de adiestramiento autoritario, una escuela de enseñanza memorista. Esto es cierto, pero hay que saber distinguir lo que tenía de malo y de útil para nosotros la vieja escuela, hay que saber elegir de ella lo indispensable para el comunismo.
La vieja escuela era libresca, obligaba a almacenar una masa de conocimientos inútiles, superfluos, muertos, que atiborraban la cabeza y transformaban a la generación joven en un ejército de funcionarios cortados todos por el mismo patrón. Pero si intentarais deducir de esa que se puede ser comunista sin haber asimilada el tesoro de conocimientos acumulados por la humanidad, cometeríais un craso error. Sería equivocado pensar que basta con saber las consignas comunistas, las conclusiones de la ciencia comunista, sin adquirir la suma de conocimientos de Dios que es consecuencia el comunismo. El marxismo es un ejemplo de cómo el comunista es resultado de la suma de conocimientos adquiridas por la humanidad.
Habréis leído y oído que la teoría comunista, la ciencia comunista, creada principalmente por Marx, que esta doctrina del marxismo ha dejada de ser obra de un solo socialista, bien es verdad que genial, del siglo XIX para transformarse en la doctrina de millones y decenas de millones de proletarios del mundo entero, que la aplican en su lucha contra el capitalismo. Y si preguntáis por qué ha podido la doctrina de Marx conquistar millones y decenas de millones de corazones en la clase más revolucionaria, se os dará una sola respuesta: porque Marx se apoyaba en la sólida base de los conocimientos humanos adquiridos bajo el capitalismo. Al estudiar las leyes del desarrollo de 1a sociedad humana, Marx comprendió lo ineluctable del desarrollo del capitalismo, que conduce comunismo, y, cosa principal, lo demostró basándose exclusivamente en el estudio más exacto, más detallado y más profundo de esta sociedad capitalista, por haber asimilado plenamente todo lo que la ciencia había dado hasta entonces. Marx analizó de un modo crítico, sin desdeñar un solo punto, todo lo que había creado la sociedad humana. Analizó todo lo que había creado el pensamiento humano, lo sometió a la crítica, lo comprobó en el movimiento obrero y sacó de ello las conclusiones que las gentes encerradas en el marco burgués o atenazadas por los prejuicios burgueses no podían sacar.
Esto hay ,que tenerlo en cuenta cuando hablamos, por ejemplo, de la cultura proletaria. Sin comprender con claridad que sólo se puede crear esta cultura proletaria conociendo con precisión la cultura que ha creado la humanidad en todo su desarrollo y transformándola, sin comprender eso, no podremos cumplir esta tarea. La cultura proletaria no surge de fuente desconocida, no es una invención de los que se llaman especialistas en cultura proletaria. Eso es pura necedad. La cultura proletaria tiene que ser el desarrollo lógico del acervo de conocimientos conquistados por la humanidad bajo el yugo de la sociedad capitalista, de la sociedad terrateniente, de la sociedad burocrática. Todos esos caminos y senderos han conducido y continúan conduciendo hacia la cultura proletaria, del mismo modo que la Economía Política, transformada por Marx, nos ha mostrado a dónde tiene que llegar la sociedad humana, nos ha indicado el paso a la lucha de clases, al comienzo de la revolución proletaria.
Cuando oímos con frecuencia, tanto a algunos representantes de la juventud como a ciertos defensores de- los nuevos métodos de enseñanza, ,atacar la vieja escuela diciendo que sólo hacía aprender de memoria los textos, les respondemos que es preciso tomar de esa vieja escuela todo lo que tenía de bueno. No hay que imitarla sobrecargando La memoria ,.de los jóvenes con una cantidad desmesurada de conocimientos, inútiles las nueve décimas partes y desvirtuados el resto; pero eso no significa que podamos contentarnos con conclusiones comunistas y limitarnos a aprender de memoria consignas comunistas. De ese modo no se puede edificar el comunismo. Sólo se puede llegar a ser comunista cuando se enriquece la memoria con todo el tesoro de ciencia acumulado por la humanidad.
LeninNo queremos una enseñanza memorista, pero necesitamos desarrollar y perfeccionar la memoria de cada estudiante dándole hechos esenciales, porque el comunismo sería una vaciedad, quedaría reducido a una fachada vacía, y el comunista no sería más que, un fanfarrón si no reelaborase en su conciencia todos los conocimientos adquiridos. No solamente debéis asimilar esos conocimientos, sino asimilarlos con espíritu crítico para no atiborrar vuestro cerebro con un fárrago inútil, para enriquecerlo con el conocimiento de todos los hechos, sin los cuales no es posible ser hombre culto en la época en que vivimos. El comunista que se vanagloriase de su comunismo simplemente por haber recibido unas conclusiones ya establecidas, sin haber realizado un trabajo muy serio, muy difícil y muy grande, sin analizar los hechos, frente la los que está obligado a adoptar una actitud crítica, sería un comunista muy lamentable. Semejante actitud superficial sería funestísima. Si yo sé que sé poco, me esforzaré por saber más; pero si un hombre dice que es comunista y que no tiene necesidad del conocimientos sólidos, jamás saldrá de él nada que se parezca a un comunista.
La vieja escuela forjaba los dóciles criados que necesitaban los capitalistas; hacía de los hombres de ciencia personas obligadas a escribir y hablar al gusto de los capitalistas. Eso quiere decir que debemos quitarla de en medio. Pero, si debemos suprimirla, destruirla, ¿se deduce de esto que no debamos tomar de ella todo lo que ha acumulado la humanidad y es necesario para el hombre? ¿Se desprende de esto que no debamos saber distinguir lo que necesitaba el capitalismo y lo que necesita el comunismo?
En lugar del adiestramiento autoritario que se practicaba en la sociedad burguesa contra la voluntad de la mayoría, nosotros colocamos la disciplina consciente de los obreros y campesinos, que unen a su odio contra la vieja sociedad el querer, el saber y el estar dispuestos a unificar y organizar las fuerzas para esta lucha, a fin de crear, con millones y centenares, de millones de voluntades dispersas, fraccionadas y desperdigadas por la inmensa extensión de nuestro país, una voluntad única, ya que sin ella seremos inevitablemente vencidos. Sin esta cohesión, sin esta disciplina consciente de los obreros y de los campesinos, nuestra causa está condenada a fracasar. Sin ella no podremos derrotar a los capitalistas y terratenientes de todo el Universo. No sólo no llegaremos a construir la nueva sociedad comunista, sino ni siquiera a asentar sólidamente sus cimientos. De la misma manera, a pesar de condenar la vieja escuela, a pesar de alimentar contra ella un odio absolutamente legítimo y necesario, a pesar de apreciar el deseo de destruirla, debemos comprender que la vieja escuela libresca, la vieja enseñanza memorista y el viejo adiestramiento autoritario deben ser sustituidos por el arte de asimilar, toda la suma de conocimientos humanos, y asimilarlos de tal modo que vuestro comunismo no sea algo aprendido de memoria, sino algo pensado por vosotros mismos, como una conclusión que se, impone necesariamente desde el punto de vista de la instrucción moderna.
Así es cómo hay que plantear las tareas fundamentales cuando se habla de aprender el comunismo.
Para explicaros esto y abordar, al mismo tiempo, la cuestión de cómo estudiar, tomaré un ejemplo práctico. Todos sabéis que ahora, inmediatamente después de los problemas militares, de los problemas de la defensa de la República, surge ante nosotros el problema económico. Sabemos que es imposible edificar la sociedad comunista sin restaurar la industria y la agricultura, y no en su forma antigua, claro está. Hay que restaurarlas sobre una base moderna, conforme a la última palabra de la ciencia. Vosotros sabéis que esa base es la electricidad; que sólo el día en que todo el país, todas las ramas de la industria y de la agricultura estén electrificadas, el día en que realicéis esta tarea, sólo entonces, podréis edificar para vosotros mismos la sociedad comunista que no podrá edificar la generación vieja. Se alza ante vosotros la tarea de hacer renacer la economía de todo el país, de reorganizar y restaurar la agricu1tura; y la industria sobre una base técnica moderna, fundada en la ciencia y en la técnica modernas, en la electricidad. Comprenderéis perfectamente que la electrificación no puede ser obra de ignorantes y que para ello hace falta algo más que nociones rudimentarias. No basta con comprender lo que es la electricidad; hay que saber cómo aplicarla técnicamente a la industria, a la agricultura y a cada una de sus ramas. Todo eso tenemos que aprenderlo nosotros mismos, y debemos enseñárselo a toda la nueva generación trabajadora. Esa es la tarea que tiene planteada cada comunista consciente, todo joven que se estime comunista y comprenda con claridad que, al ingresar en la Unión de Juventudes Comunistas, ha contraído el compromiso de ayudar al Partido a edificar el comunismo y de ayudar a toda la joven generación a crear la sociedad comunista. Debe comprender que solamente sobre la base de la instrucción moderna podrá crear esta sociedad, y que si carece de esa instrucción, el comunismo no será más que un deseo.
La tarea de la generación precedente consistía en derribar a la burguesía. Criticar a la burguesía, fomentar en las masas el sentimiento de odio contra ella, desarrollar la conciencia de clase y la habilidad para agrupar sus fuerzas eran entonces las tareas esenciales. La nueva generación tiene ante sí una tarea más compleja. No basta con que debáis unir todas vuestras fuerzas para apoyar al poder obrero y campesino contra la invasión de las capitalistas. Eso tenéis que hacerla. Lo habéis comprendido admirablemente, lo ve con claridad todo comunista. Pera esa es insuficiente. Sois vosotros quienes debéis edificar la sociedad comunista. La primera mitad del trabajo está ya, en muchos sentidos, terminada. El antigua régimen ha sido destruido, coma debía serlo; no es más que un montón de ruinas, que es a lo que debía quedar reducido. El terreno se encuentra ya desbrozado y, sobre este terreno, la nueva generación comunista debe edificar la sociedad comunista. Vuestra tarea es edificar, y sólo podréis cumplirla poseyendo todos los conocimientos modernos, sabiendo transformar el comunismo, en lugar de fórmulas hechas, consejos, recetas, prescripciones y programas aprendidos de memoria, en algo vivo que coordine vuestra labor inmediata, sabiendo convertir el comunismo en guía de vuestro trabajo práctico.
Esta es vuestra misión: por ella debéis regiros al instruir, educar y elevar a toda la generación joven. Debéis ser los primeros constructores de la sociedad comunista entre los millones de constructores que deben ser cada muchacho y cada muchacha. Si no incorporáis a esta edificación del comunismo a toda la masa de la juventud obrera y campesina, no construiréis la sociedad comunista.
Esto me lleva, como es natural, a la cuestión de cómo debemos enseñar el comunismo y en qué debe consistir la peculiaridad de nuestros métodos.
Me detendré, en primer término, en el problema de la moral comunista.
Tenéis que hacer comunistas de vosotros mismos. La tarea de la Unión de Juventudes consiste en realizar su actividad práctica de modo que le permita, al aprender, al organizarse, al agruparse, al luchar, convertir en comunistas a sus miembros y a todos los que la reconocen como guía. Toda la educación, toda la instrucción y toda la enseñanza de la juventud contemporánea deben inculcarle el espíritu de la moral comunista.
Pero ¿existe una moral comunista? ¿Existe una moral comunista? Es evidente que sí. Se pretende muchas veces que nosotros no tenemos una moral propia, y la burguesía nos acusa con frecuencia de que nosotros, los comunistas, negamos toda moral. Esto no es más que una maniobra para suplantar los conceptos y arrojar arena a los ojos de los obreros y los campesinos.
¿En qué sentido negamos nosotros la moral, la moralidad?
La negamos en el sentido en que la ha predicado la burguesía, deduciéndola de mandamientos divinos. A este respecto decimos, naturalmente, que no creemos en Dios, y sabemos muy bien que el clero, 1os terratenientes y la burguesía hablaban en nombre de Dios para defender sus intereses de explotadores. O bien, en lugar de deducir esta moral de los dictados de la moralidad, de los mandamientos de Dios, la deducían de frases idealistas o semiidealistas que, en definitiva, se parecían siempre mucho a los mandamientos de Dios.
Nosotros negamos toda moralidad de esa índole tomada de concepciones al margen de la sociedad humana, al margen de las clases. Decimos que eso es engañar, embaucar a los obreros y campesinos y embotar su conciencia en provecho de los terratenientes y capitalistas.
Decimos que nuestra moralidad está subordinada por completo a los intereses de la lucha de clase del proletariado. Nuestra moralidad se deriva de los intereses de la lucha de clase del proletariado.
La antigua sociedad se basaba en la opresión de todos los obreros y de todos los campesinos por los terratenientes y capitalistas. Necesitábamos destruirla, necesitábamos derribar a esos opresores, mas para ello había que crear la unión. Y no era Dios quien podía crearla.
Esta unión no podía venir más que de las fábricas, de un proletariado instruido, despertado de su viejo letargo. Sólo cuando se constituyó esta clase, comenzó el movimiento de masas que ha conducido a lo que vemos hoy: al triunfo de la revolución proletaria en uno de los países más débiles, que se defiende desde hace tres años frente a los embates de la burguesía del mundo entero. Y vemos cómo crece la revolución proletaria en todo el orbe. Ahora decimos, basándonos en la experiencia, que sólo el proletariado ha podido crear una fuerza tan cohesionada, que es seguida por la clase campesina dispersa y fragmentada y que ha sido capaz de resistir todas las acometidas de los explotadores. Sólo esta clase puede ayudar a las masas trabajadoras a unirse, a cohesionarse, a hacer triunfar y afianzar definitivamente la sociedad comunista, a edificarla por completo.
Por eso decimos que, para nosotros, la moralidad tomada al margen de la sociedad humana no existe, es un engaño. Para nosotros, la moral está subordinada a los intereses de la lucha de clase del proletariado.
Ahora bien, ¿en qué consiste esta lucha de clases? En derrocar al zar, en derrocar a los capitalistas, en aniquilar a la clase capitalista.
¿Y qué son las clases en general? Es lo que permite a una parte de la sociedad, apropiarse del trabajo de la otra. Si una parte de la sociedad se apropia de toda la tierra, tenemos la clase de los terratenientes y la de los campesinos. Si una parte de la sociedad posee las fábricas, las acciones y los capitales, mientras que la otra trabaja en esas fábricas, tenemos la clase, de los capitalistas y la de los proletarios.
No ha sido difícil desembarazarse del zar: han bastado para ello algunos días, No ha sido muy difícil echar a los terratenientes: hemos podido hacerlo en algunos meses. Tampoco ha sido muy difícil echar a los capitalistas. Pero suprimir las clases es incomparablemente más difícil; subsiste aún la división en obreros y campesinos. Si un campesino instalado en una parcela de tierra se apropia del trigo sobrante, es decir, del trigo que no necesitan ni él ni su ganado, mientras que los demás carecen de pan, se convierte ya en un explotador. Cuanto más trigo retiene, más gana, y nada le importa que los demás pasen hambre. Cuanta más hambre tengan, más caro venderé mi trigo.
Es Preciso que todos trabajen de acuerdo con un plan común en una tierra común, en fábricas comunes y conforme a normas comunes. ¿Es fácil hacerlo? Vosotros mismos veis que en este terreno no es posible lograr soluciones con la misma facilidad que cuando echamos al zar, a los terratenientes y a los capitalistas. Para ello es necesario que el proletariado transforme, re eduque a una parte de los campesinos y atraiga a su lado a los campesinos trabajadores, a fin de romper la resistencia de los campesinos ricos, que se lucran con la miseria de los demás. Por consiguiente, la tarea de la lucha del proletariado no ha terminado aún con el derrocamiento del zar y la expulsión de los terratenientes y capitalistas; llevarla a término es, precisamente, la misión del régimen que denominamos dictadura del proletariado.
La lucha de clases continúa, solamente ha cambiado sus formas. Es la lucha de clase del proletariado para impedir el regreso de los antiguos explotadores, para agrupar en una estrecha unión a la masa campesina dispersa e ignorante. La lucha de clases continúa, y nuestra misión es subordinar todos los intereses a esta lucha.. Por eso subordinamos a ella nuestra moralidad comunista. Decimos: la moralidad es lo que sirve para destruir la antigua sociedad explotadora y para agrupar a todos los trabajadores alrededor del proletariado, creador de la nueva sociedad comunista.
La moralidad comunista es la que sirve para esta lucha, la que une a los trabajadores contra toda explotación y contra toda pequeña propiedad, pues la pequeña propiedad pone en manos de un individuo lo que ha sido creado por el trabajo de toda la sociedad.
En nuestro país, la tierra es considerada propiedad común. Pero ¿qué ocurrirá si tomo una parte de esa propiedad común; si cultivo en ella dos veces más trigo del que necesito, si especulo con el sobrante de la cosecha, si calculo que cuanto más hambrientos haya, más caro me pagarán? ¿Obraré como comunista? No, obraré como explotador, como propietario. Contra eso tenemos que luchar. Si las cosas continúan así, volveremos al pasado, caeremos de nuevo bajo el poder de los capitalistas y de la burguesía, como ha ocurrido más de una vez en las revoluciones anteriores. Y para evitar que se restaure el poder de los capitalistas y de la burguesía es preciso prohibir el mercantilismo, es preciso impedir que unos individuos se enriquezcan a costa. de los demás, es preciso que los trabajadores se unan estrechamente al proletariado y constituyan la sociedad comunista. En esto consiste, precisamente, la peculiaridad principal de la tarea más importante de la Unión de Juventudes Comunistas.
La vieja sociedad estaba basada en el principio siguiente: o saqueas a tu prójimo o te saquea él, o trabajas para otro, u otro trabaja para ti, o eres esclavista o eres esclavo y es comprensible que los hombres educados en semejante sociedad asimilen, con la leche materna, por así decido, la sicología, la costumbre, la idea de que no hay más que amo o esclavo, o pequeño propietario, pequeño empleado, pequeño funcionario, intelectual, en una palabra, hombres que se ocupan exclusivamente de tener lo suyo sin pensar en los demás.
Si yo exploto mi parcela de tierra, poco me importan los demás; si alguien tiene hambre, tanto mejor, venderé mi trigo más caro. Si tengo mi puestecito de médico, de ingeniero, de maestro o de empleado, ¿qué importan los demás? Si me arrastro ante los poderosos y soy complaciente con ellos, quizá conserve mi puesto y a lo mejor pueda hacer carrera y llegar a burgués. Semejante sicología y estado de ánimo no pueden existir en un comunista. Cuando los obreros y campesinos demostraron que somos capaces con nuestras propias fuerzas de defendernos y de crear una nueva sociedad, en ese mismo momento comenzó la nueva educación comunista, la educación en la lucha contra los explotadores, la educación en la alianza con el proletariado contra los egoístas y los pequeños propietarios, contra la sicología y las costumbres que dicen: “Yo busco mi propio beneficio y lo demás me tiene sin cuidado”.
Tal es la respuesta a la pregunta de cómo debe aprender el comunismo la joven generación.
Esta generación podrá aprender el comunismo únicamente si liga cada paso de su instrucción, de su educación y de su formación a la lucha incesante de los proletarios y de los trabajadores contra la antigua sociedad basada en la explotación. Cuando se nos habla de moralidad, decimos: para un comunista, toda la moralidad reside en esta disciplina solidaria y unida y en esta lucha consciente de las masas contra los explotadores. No creemos en la moralidad eterna y denunciamos el embuste de todas las fábulas acerca de la moralidad. La moralidad sirve para que la sociedad humana se eleve a mayor altura, para que se desembarace de la explotación del trabajo.
Para conseguir eso necesitamos de la joven generación que ha comenzado a convertirse en hombres conscientes en las condiciones de lucha disciplinada y encarnizada contra la burguesía. En esta lucha, la juventud forjará verdaderos comunistas; esta lucha debe vincular y subordinar en todo momento su instrucción, su educación y su formación. La educación de la juventud comunista no debe consistir en ofrecerle discursos placenteros de todo género y reglas de moralidad. No, la educación no consiste en eso. Cuando un hombre ha visto a su padre y a su madre vivir bajo el yugo de los terratenientes y capitalistas, cuando ha participado él mismo en los sufrimientos de quienes emprendieron la lucha contra los explotadores, cuando ha visto los sacrificios que cuesta la continuación de esta lucha y la defensa de lo conquistado y cuán furiosos enemigos son los terratenientes y los capitalistas, ese hombre, en ese ambiente, se forja como comunista. La base de la moralidad comunista está en 1a lucha por afianzar y culminar el comunismo. Esa es la base de la educación, la instrucción y la enseñanza comunista. Tal es la respuesta a la pregunta de cómo hay que aprender el comunismo.

No creeríamos en la enseñanza, la educación y la instrucción si éstas fuesen encerradas en la escuela y separadas de la agitada vida. Mientras los obreros y los campesinos estén oprimidos por los terratenientes y capitalistas, mientras las escuelas sigan en manos de los terratenientes y capitalistas, la generación joven permanecerá ciega e ignorante. Pero nuestra escuela debe dar a los jóvenes los fundamentos de la ciencia, el arte de forjarse por sí mismos una mentalidad comunista, debe hacer de ellos hombres cultos. En el tiempo que los jóvenes pasan en la escuela, ésta tiene que hacer de ellos participantes en la lucha por liberarse de los explotadores. La Unión de Juventudes Comunistas sólo será digna de este nombre, de ser la unión de la joven generación comunista, si vincula cada paso de su instrucción, educación y formación a la participación en la lucha común de todos los trabajadores contra los explotadores. Porque sabéis perfectamente que mientras Rusia sea la única república obrera, y en el resto del mundo subsista el antiguo régimen burgués, seremos más débiles que ellos; que nos amenazan constantemente nuevos ataques, y que sólo aprendiendo a mantener entre nosotros la cohesión y la unidad triunfaremos en la lucha ulterior y, una vez fortalecidos, nos haremos verdaderamente invencibles. Por tanto, ser comunista significa organizar y unir a toda la generación joven, dar ejemplo de educación y de disciplina en esta lucha. Entonces podréis emprender y llevar a término la edificación de la sociedad comunista.
Para que lo comprendáis con mayor claridad, pondré un ejemplo. Nosotros nos llamamos comunistas. ¿Qué es un comunista? "Comunista" viene de la palabra latina "comunis", que significa común. La sociedad comunista significa que todo es común: la tierra, las fábricas, el trabajo. Esto es el comunismo.
¿Puede ser común el trabajo si los hombres explotan cada uno su propia parcela? El trabajo común no se crea de la noche a la mañana. Eso es imposible. No cae del cielo. Hay que lograrlo tras largos esfuerzos y sufrimientos, hay que crearlo. Y se crea en el curso de la lucha. No se trata aquí de un libro viejo, en el que nadie creería. Se trata de la propia experiencia de la vida. Cuando Kolchak y Denikin avanzaban desde Siberia y el Sur, los campesinos estaban a su lado. El bolchevismo no les gustaba, ya que los bolcheviques les quitaban el trigo al precio de tasa. Pero después de haber sufrido en Siberia y en Ucrania el poder de Kolchak y de Denikin, los campesinos comprobaron que sólo podían elegir entre dos caminos: volver al capitalismo, que les sometería a la esclavitud de los terratenientes, o seguir a los obreros, que, si bien es cierto que no prometen el oro y el moro y exigen una disciplina férrea y una firmeza indomable en la dura lucha, los libertan de la esclavitud de los capitalistas y terratenientes. Cuando hasta los campesinos más ignorantes comprendieron y sintieron esto por propia experiencia, en la dura escuela de la vida que habían cursado, se hicieron partidarios conscientes del comunismo. Esta misma experiencia debe tomar como base de toda su actividad la Unión de Juventudes Comunistas.
He respondido ya a las preguntas de qué debemos aprender y qué debemos tomar de la vieja escuela y de la vieja ciencia. Trataré de contestar también a la pregunta de cómo debemos aprender esto: sólo ligando indisolublemente cada paso en la actividad de la escuela, cada paso en la educación, la instrucción y la formación a la lucha de todos los trabajadores contra los explotadores.
Con algunos ejemplos, extraídos de la experiencia del trabajo de algunas organizaciones de la juventud, os mostraré gráficamente cómo debe hacerse la educación del comunismo. Todo el mundo habla de liquidar el analfabetismo. Como sabéis, en un país de analfabetos es imposible edificar la sociedad comunista. No basta con que el Poder de los Soviets dé una orden, o que el Partido lance una consigna, o que determinado contingente de los mejores militantes se consagre a esta tarea. Es preciso que la joven generación ponga ella misma manos a la obra. El comunismo consiste en que la juventud, los muchachos y muchachas pertenecientes a la Unión de Juventudes se digan: eso es misión nuestra, nos uniremos y marcharemos a todos los pueblos para liquidar el analfabetismo, para que nuestra joven generación no tenga analfabetos. Nosotros aspiramos a que la juventud en formación consagre a esta obra su iniciativa. Vosotros sabéis que es imposible transformar rápidamente la Rusia ignorante y analfabeta en una Rusia instruida; pero si la Unión de Juventudes pone en ello su empeño, si toda la juventud trabaja para el bienestar de todos, esta Unión que agrupa a 400.000 jóvenes, tendrá derecho a llamarse Unión de Juventudes Comunistas. Otra de sus misiones es, al asimilar uno u otro conocimiento, ayudar a los jóvenes que no pueden desembarazarse por sí mismos de las tinieblas de la ignorancia. Ser miembro de la Unión de Juventudes Comunistas significa poner su trabajo y sus fuerzas al servicio de la causa común. En esto consiste la educación comunista. Sólo efectuando esa labor se convierte en verdadero comunista un muchacho o una muchacha. Sólo serán comunistas si logran resultados prácticos en esta labor.
Tomad, por ejemplo, el trabajo en las huertas suburbanas. ¿Acaso no es un trabajo útil? Es una de las tareas que incumben a la Unión de Juventudes Comunistas. El pueblo pasa hambre, en las fábricas y empresas hay hambre. Para librarnos de ella hay que desarrollar la horticultura:, pero los campos siguen cultivándose a la antigua. Es preciso que los elementos más conscientes pongan manos a la obra, y entonces veréis crecer el número de huertas, aumentar su superficie y mejorar el rendimiento. En este trabajo debe participar activamente la: Unión de Juventudes Comunistas. Cada una de sus organizaciones o células debe considerarlo asunto suyo.
La Unión de Juventudes Comunistas debe ser el grupo de choque que aporte su ayuda y manifieste su iniciativa en todos los terrenos. La Unión debe ser tal, que cualquier obrero vea en sus miembros, gentes cuya doctrina quizá le sea incomprensible, en cuyas ideas no crea: tal vez inmediatamente, pero cuyo trabajo real y cuya actuación le muestren que son ellos, precisamente, quienes le indican el camino certero.
Si la Unión de Juventudes Comunistas no sabe organizar así su laboren todos los terrenos, significará que se desvía hacia el antiguo camino burgués. Necesitamos vincular nuestra educación a la lucha de los trabajadores contra los explotadores para ayudar a los primeros a cumplir las tareas que se derivan de la doctrina comunista.
Los miembros de las Juventudes Comunistas deben consagrar todas sus horas de ocio a mejorar el cultivo en las huertas, o a organizar en una fábrica cualquiera la instrucción de la juventud, etc. Queremos transformar la Rusia pobre y miserable en un país rico, Y es preciso que la Unión de Juventudes Comunistas una su formación, su instrucción y su educación al trabajo de los obreros y de los campesinos, que no se encierre en sus escuelas ni se limite a leer libros y folletos comunistas. Solamente trabajando con los obreros y los campesinos se puede llegar a ser un verdadero comunista. Y es preciso que todos vean que cualquiera: de los miembros de las Juventudes Comunistas es instruido y, al mismo, tiempo, sabe trabajar. Cuando todos vean que hemos expulsado de la antigua escuela el viejo adiestramiento autoritario, substituyéndolo con una disciplina consciente, que todos nuestros jóvenes participan en los sábados comunistas, que utilizan los huertos suburbanos para ayudar a la población, empezarán a considerar el trabajo de otro modo que antes.
Es tarea de la Unión de Juventudes Comunistas organizar en su pueblo o en su barrio la ayuda en una obra como, por ejemplo -tomo un pequeño ejemplo-, asegurar la limpieza o la distribución de víveres. ¿Cómo se hacían estas cosas en la vieja sociedad capitalista? Cada cual trabajaba sólo para sí, nadie se ocupaba de si había ancianos o enfermos, o de si todos los quehaceres de la casa recaían sobre una mujer, que se encontraba por ello esclavizada y oprimida. ¿ Quién tiene el deber de luchar contra todo eso? La Unión de Juventudes Comunistas, que debe decir: nosotros transformaremos esto, organizaremos destacamentos de jóvenes que ayudarán en los trabajos de limpieza o en la distribución de víveres, recorriendo sistemáticamente las casas, que actuarán organizadamente en bien de toda la sociedad, repartiendo acertadamente las fuerzas y demostrando que el trabajo debe ser un trabajo organizado.
La generación que tiene ahora cerca de 50 años, no puede pensar en ver la sociedad comunista. Habrá muerto antes. Pero la generación que tiene hoy 15 años, verá la sociedad comunista y será ella la que la construya. Y debe saber que la edificación de esta sociedad es la misión de su vida. En la vieja sociedad, el trabajo se hacía por familias aisladas y nadie lo unía, a excepción de los terratenientes y capitalistas, que oprimían a las masas del pueblo. Nosotros debemos organizar todos los trabajos, por sucios o duros que sean, de suerte que cada obrero y cada campesino se diga: yo soy una parte del gran ejército del trabajo libre y sabré organizar mi vida sin terratenientes ni capitalistas, sabré establecer el régimen comunista. Es preciso que la Unión de Juventudes Comunistas eduque a todos; desde la edad temprana, en el trabajo consciente y disciplinado. Así es como podremos esperar que sean cumplidas las tareas hoy planteadas. Debemos tener en cuenta que harán falta no menos de diez años para electrificar el país, para que nuestra tierra arruinada pueda tener a su servicio las últimas conquistas de la técnica. Pues bien, la generación que tiene hoy 15 años y que dentro de diez o veinte años vivirá en la sociedad comunista, debe organizar su instrucción de manera que cada día, en cada pueblo o ciudad, la juventud cumpla prácticamente una tarea de trabajo colectivo, por minúsculo y simple que sea. A medida que se realice esto en cada pueblo, a medida que se desenvuelva la emulación comunista, a medida que la juventud demuestre que sabe unir su trabajo, a medida que ocurra eso, quedará asegurado el éxito de la edificación comunista. Sólo considerando cada uno de sus actos desde el punto de vista de este éxito, sólo preguntándose constantemente si hemos hecho todo lo necesario para llegar a ser trabajadores unidos y conscientes, logrará la Unión de Juventudes Comunistas agrupar al medio millón de sus miembros en el gran ejército único del trabajo y granjearse el respeto general. (Clamorosos aplausos.)

Policrítica en la hora de los chacales

Por Julio Cortázar
Revista Casa de las Américas, n º 67, julio-agosto de 1971, La Habana

Explicación del título: hablando de los complejos problemas cubanos, una amiga francesa mezcló los términos crítica y política, inventando la palabra policritique. Al escucharla pensé (también en francés) que entre poli y tique se situaba la sílaba cri, es decir grito. Grito político, crítica política en la que el grito está ahí como un pulmón que respira; así he entendido siempre, así la seguiré sintiendo y diciendo. Hoy hay que gritar una política crítica, hay que criticar gritando cada vez que se lo cree justo: sólo así podremos acabar un día con los chacales y las hienas.

De qué sirve escribir la buena prosa,
De qué vale que exponga razones y argumentos
Si los chacales velan, la manada se tira contra el verbo,
Lo mutilan, le sacan lo que quieren, dejan de lado el resto,
Vuelven lo blanco negro, el signo más se cambia en signo menos,
Los chacales son sabios en los télex,
Son las tijeras de la infamia y del malentendido,
Manada universal, blancos, negros, albinos,
Lacayos si no firman y todavía más chacales cuando firman,
De qué sirve escribir midiendo cada frase,
De qué sirve pesar cada acción, cada gesto que expliquen la
Conducta
Si al otro día los periódicos, los consejeros, las agencias,
Los policías disfrazados,
Los asesores del gorila, los abogados de los trusts
Se encargarán de la versión más adecuada para consumo de
inocentes o de crápulas,
fabricarán una vez más la mentira que corre, la duda que se
instala,
y tanta buena gente en tanto pueblo y tanto campo de tanta
tierra nuestra
que abre su diario y busca su verdad y se encuentra
con la mentira maquillada, los bocados a punto, y va tragando
baba prefabricada, mierda en pulcras columnas, y hay quien
cree
y hay quien olvida el resto, tantos años de amor y de combate,
porque así es, compadre, los chacales lo saben: la memoria es
falible
y como en los contratos, como en los testamentos, el diario de
hoy con sus noticias invalida
todo lo precedente, hunde el pasado en la basura de un presente
traficado y mentido.

Entonces no, mejor ser lo que se es,
Decir eso que quema la lengua y el estómago, siempre habrá
Quien entienda
Este lenguaje que del fondo viene
Como del fondo brotan el semen, la leche, las espigas.
Y el que espera otra cosa, la defensa o la fina explicación,
La reincidencia o el escape, nada más fácil que comprar el diario
Made in USA
Y leer los comentarios a este texto, las versiones de Reuter o
De la UPI
Donde los chacales sabihondos le darán la versión satisfactoria,
Donde editorialistas mexicanos o brasileños o argentinos
Traducirán para él, con tanta generosidad,
Las instrucciones del chacal con sede en Washintong,
Las pondrán en correcto castellano, mezcladas con saliva
nacional
Con mierda autóctona, fácil de tragar.
No me excuso de nada, y sobre todo
No excuso este lenguaje,
Es la hora del Chacal, de los chacales y de sus obedientes:
Los mando a todos a la reputa madre que los parió,
Y digo lo que vivo y lo que siento y lo que sufro y lo que
Espero.
Diariamente, en mi mesa, los recortes de prensa: París,
Londres,
Nueva York, Buenos Aires, México City, Río. Diariamente
(en poco tiempo, apenas dos semanas) la máquina montada,
la operación cumplida, los liberales encantados, los
revolucionarios confundidos,
la violación con letra impresa, los comentarios compungidos,
alianza de chacales y de puros, la manada feliz, todo va bien.
Me cuesta emplear esta primera persona del singular, y más me
Cuesta
Decir: esto es así, o esto es mentira. Todo escritor, Narciso, se
Masturba
Defendiendo su nombre, el Occidente
Lo ha llenado de orgullo solitario. ¿Quién soy yo
Frente a los pueblos que luchan por la sal y la vida,
Con qué derecho he de llenar más páginas con negociaciones y
Opiniones personales?
Si hablo de mí es que acaso, compañero,
Allí donde te encuentran estas líneas,
Me ayudarás, te ayudaré a matar a los chacales,
Veremos más preciso el horizonte, más verde el mar y más
Seguro el hombre.
Les hablo a todos mis hermanos, pero miro hacia Cuba,
No sé de otra manera mejor para abarcar la América Latina.
Comprendo a Cuba como sólo se comprende al ser amado,
los gestos, las distancias y tantas diferencias,
las cóleras, los gritos: por encima está el sol, la libertad.

Y todo empieza por lo opuesto, por un poeta encarcelado,
Por la necesidad de comprender por qué, de preguntar y de
Esperar,
Qué sabemos aquí de lo qué pasa, tantos que somos Cuba,
Tantos que diariamente resistimos el aluvión y el vómito
De las buenas conciencias,
De los desencantados, de los que ven cambiar ese modelo
Que imaginaron por su cuenta y en sus casas, para dormir
Tranquilos
Sin hacer nada, sin mirar de cerca, la luna de miel barata con su isla
Paraíso
Lo bastante lejana para ser de verdad paraíso
Y que de golpe encuentran en su cielito lindo les cae en la
Cabeza.
Tienes razón Fidel: sólo en la brega hay derecho al
Descontento,
Sólo de adentro ha de salir la crítica, la búsqueda de fórmulas
Mejores,
Sí, pero de adentro es tan afuera a veces,
Y si hoy me aparto para siempre del liberal a la violeta, de los
que firman los virtuosos textos
por-que-Cu-ba-no-es-eso-que-e-xi-gen-sus-es-que-mas-de-bu-fe-te,
no me creo excepción, soy como ellos, qué habré hecho por
Cuba más allá del amor,
Qué habré dado por Cuba más allá de un deseo, una esperanza.
Pero me aparto ahora de su mundo ideal, de sus esquemas,
Precisamente ahora cuando
Se me pone en la puerta de lo que amo, se me prohíbe
Defenderlo,
Es ahora que ejerzo mi derecho a elegir, a estar una vez más y
Más que nunca
Con tu Revolución, mi Cuba, a mi manera. Y mi manera torpe,
A manotazos,
Es ésta, es repetir lo que me gusta o no me gusta,
Aceptando el reproche de hablar desde tan lejos
Y a la vez insistiendo (cuántas veces lo habré hecho para el
Viento)
En que soy lo que soy, y no soy nada, y esa nada es mi tierra
Americana,
Y como pueda y donde este signo siendo tierra, y por sus
Hombres
Escribo cada letra de mis libros y vivo cada día de mi vida.

Comentario de los chacales (vía México, reproducida con alborozo en Río de Janeiro y Buenos Aires): “El ahora francés Julio Cortázar… etc.”. De nuevo el patrioterismo de escarapela, cómodo y rendidor, de nuevo la baba de los resentidos, de tantos que se quedan en sus pozos sin hacer nada, sin ser oídos más que en sus casas a la hora del bife; como si en algo dejara yo de ser latinoamericano, como si un cambio a nivel de pasaporte (y ni siquiera lo es, pero no vamos a poner a explicar, al chacal se lo patea y se acabó) mi corazón fuera a cambiar, mi conducta fuera a cambiar, mi camino fuera a cambiar. Demasiado asco para seguir con esto; mi patria es otra cosa, nacionalista infeliz; me sueno los mocos con tu bandera de pacotilla, ahí donde estés. La revolución también es otra cosa; a su término, muy lejos, tal vez infinitamente lejos, hay una magnífica quema de banderas, una fogata de trapos manchados por todas las mentiras y la sangre de la historia de los chacales y los resentidos y los mediocres y los burócratas y los gorilas y los lacayos.

Y así es, compañeros, si me oyen en La Habana, en cualquier
parte,
hay cosas que no trago,
hay cosas que no puedo tragar en una marcha hacia la luz,
nadie llega a la luz si saca a relucir los podridos fantasmas del pasado,
si los perjuicios, los tabúes del macho y de la hembra
siguen en sus maletas,
y si un vocabulario de casuistas cuando no de energúmenos
arma la burocracia del idioma y los cerebros, condiciona a los
pueblos
que Marx y que Lenin soñaron libres por dentro y por fuera,
en carne y en conciencia y en amor,
en alegría y trabajo.
Por eso, compañeros, sé que puedo decirles
Lo que creo y no creo, lo que acepto y no acepto,
Está mi policrítica, mi herramienta de luz,
Y en Cuba sé de ese combate contra tanto enemigo,
Sé de esa isla de hombres enteros que nunca olvidarán la risa y
La ternura,
Que las defenderán enamoradamente,
Que cantan y que beben entre turnos de brega, que hacen
Guardia fumando,
Que son los que buscó Martí, lo que firmaron con su sangre
Tantos muertos
A la hora de caer frente a chacales de dentro y a chacales de
Fuera.
No seré yo quien proclame al divino botón el coraje de Cuba y
Su combate;

Siempre hay alguna hiena maquinada de juez, poeta o crítico,
Lista a cantar las loas de lo que odia en el fondo de sus tripas,
Pronta a asfixiar la voz de los que quieren el verdadero diálogo,
El contacto
Por lo alto y por lo bajo: contacto con ese hombre que manda
En el peligro porque el pueblo
Cuenta con él y sabe
Que está ahí porque es justo, porque en él se define
La razón de la lucha, del duro derrotero,
Porque jugo su vida con Camilo y el Che y tantos que pueblan
De huesos y memorias la tierra de la palma;
Y también en contacto Con el otro, el sencillo camarada que necesita la palabra y el rumbo
Para impulsar mejor la máquina, para cortar mejor la caña.

Nadie espere de mí el elogio fácil,
Pero hoy es más que nunca tiempo de decisión y de aguas
Claras:
Diálogo pido, encuentro en las borrascas, policríticas diaria,
No acepto la repetición de humillaciones torpes,
No acepto risas de los fariseos convencidos de que todo anda
Bien después de cada ejemplo,
No acepto la intimidación ni la vergüenza. Y es por eso que
Acepto
La crítica de veras, la que viene de aquel que aguanta en el
timón,
de aquellos que pelean por una causa justa, allá o aquí, en lo
alto o en lo bajo,
y reconozco la torpeza de pretender saberlo todo desde un mero
escritorio
y busco humildemente la verdad en los hechos de ayer y de
mañana,
y te busco la cara, Cuba la muy querida, y soy el que fue a ti
como se va a beber el agua, con la sed que será racimo o canto.
Revolución hecha de hombres,
Llena estarás de errores y desvíos, llena estarás de lágrimas y
Ausencias,
Pero a mí, a los que tantos en horizontes somos pedazos de
América Latina,
Tú nos comprenderás al término del día,
Volveremos a vernos, a estar juntos, carajo,
Contra hienas y cerdos y chacales de cualquier meridiano,
Contra tibios y flojos y escribas y lacayos
En París, en La Habana o Buenos Aires,
Contra lo peor que duerme en lo mejor, contra el peligro
De quedarse atascado en plena ruta, de no cortar los nudos
Machetazo limpio,
Así yo sé que un día volveremos a vernos,
Buenos días, Fidel, buenos días, Haydée, buenos días mi Casa,
Mi sitio en los amigos y en las calles, mi buchito, mi amor,
Mi caimancito herido y más vivo que nunca,
Yo soy esta palabra mano a mano como otros son tus ojos o tus
Músculos,
Todos juntos iremos a la zafra futura,
Al azúcar de un tiempo sin imperios ni esclavos.

Hablémonos, eso es de hombres: al comienzo
fue el diálogo. Déjame defenderte
cuando asome el chacal de turno, déjame estar ahí. Y si no lo
quieres,
oye, compadre, olvida tanta crisis barata. Empecemos de nuevo,
di lo tuyo, aquí estoy, aquí te espero; toma, fuma conmigo,
largo es el día, el humo ahuyenta los mosquitos. Sabes,
nunca estuve tan cerca
como ahora, de lejos, contra viento y marea. El día nace.

domingo, 14 de febrero de 2010

estamos con Evo


La Nueva Constitución Política del Estado Boliviano plantea (entre otras cosas):

* Prohíbe la privatización de los recursos naturales... (artículo 312)
* Determina que la salud y la seguridad social son gratuitas y no podrán ser privatizadas (artículo 38 y 45)
* Prohíbe el latifundio y determina que todas las tierras deben un cumplir una función económica social (artículo 397 y 398)

-descargar- Constitución Política del Estado Boliviano
-ver- Guerreros del Arcoiris (Documental)

Morales plantea revolución moral


El presidente de Bolivia, Evo Morales, planteó este sábado a los candidatos del Movimiento al Socialismo (MAS), partido de gobierno, llevar a cabo una revolución moral; por lo que los instó a prepararse para salir empobrecidos de sus cargos, de ser elegidos en los comicios regionales del próximo 4 de abril.

"Yo vengo a hablar de una revolución ética (...), si ustedes han decidido ser alcaldes, alcaldesas, concejales, tienen que estar preparados para salir empobrecidos de la alcaldía", conminó Morales, durante un mensaje emitido a sus seguidores en la ciudad de Cochabamba (centro), donde se reunió con aspirantes a alcaldes y concejales del MAS.
Morales dijo que estaba en la reunión no tanto para hablar de la campaña sino para hacer entender a los candidatos que no pueden aprovechar sus cargos para enriquecerse con la corrupción como, aseguró, lo establece una "herencia del Estado colonial", que consiste en que los candidatos a un puesto público se propongan mejorar su economía o tener autos de lujo, frente a lo cual les planteó como alternativa que deben empobrecerse en sus cargos.
"Otra forma de hacer política es empobrecernos y, si no están preparados para eso, mejor renuncien y no perjudiquen este proceso" de cambio que impulsa en Bolivia desde 2006, intimó el presidente boliviano dirigiéndose a los candidatos de su partido.
El mandatario boliviano promueve una fuerte lucha contra la corrupción en su país a través de la designación de nuevas autoridades en las instituciones públicas. Una muestra de ello es el relevo del ministro de Minería y Metalurgia, Milton Gómez, a tan solo seis días de haberlo juramentado, por acusaciones de corrupción.
"Casi estaría seguro (que) un 10 ó 20 por ciento de ustedes es (partidario) del MAS, no tanto para servir en su municipio, en su alcaldía", reprochó el gobernante que, durante esta semana, acusó a sus partidarios de repartirse cargos en instituciones públicas; en particular en la Aduana Nacional de Bolivia.
"Yo no les echo la culpa a ustedes, es una herencia del Estado colonial", reafirmó el mandatario.
Morales, quien gobierna Bolivia desde 2006, inició su segundo mandato, que durará hasta enero de 2015, el pasado 22 de enero; luego de haber ganado las elecciones generales de diciembre pasado con un 64 por ciento de respaldo.
En los comicios del 4 de abril, los bolivianos votarán para elegir a los gobernadores de los nueve departamentos del país y a 337 alcaldes, además de concejales, autoridades regionales e indígenas.

Otra mirada sobre los gulags

La imagen actual de Stalin y de su etapa al frente de la URSS ha sido objeto de una deformación sistemática, primero a iniciativa de la propaganda hitleriana y luego al amparo de la guerra fría. Indudablemente esa campaña, por más que se haya probado su inconsistencia y absoluta falta de rigor histórico, ha calado: Stalin es hoy sinónimo de terror, persecución, genocidio y campos de trabajo. No cabe duda: la burguesía tiene pánico a Stalin y ese temor nos lo transmite a diario por todos los medios de intoxicación. Las razones son obvias: el movimiento comunista internacional alcanzó su fase de máxima pujanza precisamente bajo Stalin; la situación llegó a ser tan crítica para el imperialismo que realmente llegaron a temer su desplome. Había que hacer algo, borrar la imagen gloriosa de la Revolución de Octubre y de los bolcheviques e imponer una nueva imagen de diseño, plagada de tergiversaciones, mentiras y falsificaciones históricas de lo más burdas. Los imperialistas nos insistieron durante décadas que la apertura de los archivos secretos del KGB demostraría sus afirmaciones; Gorbachov ordenó abrir esos archivos en 1989 y los primeros informes completos con las conclusiones se publicaron en 1993. Estas conclusiones no han tenido el eco mediático que merecían, sin duda porque refutan plenamente la campaña intoxicadora que hemos padecido durante tantos años.

EL PROCESO CONTRA DIMITROV

La primera campaña propagandística contra la URSS y el movimiento comunista internacional se inició con la quema del Reichstag en 1933, nada más subir los nazis al poder en Alemania. Estaba perfectamente preparada: Dimitrov, dirigente de la Internacional Comunista, fue acusado del incendio y los nazis desataron un ofensiva publicitaria de dimensiones hasta entonces desconocidas. Hoy está probado que fueron los propios nazis quienes quemaron un Parlamento que ya no les servía para nada, pero la primera campaña de intoxicación demostró que la técnica funcionaba. El legendario Partido Comunista alemán fue perseguido, su
secretario general Thaelmann encarcelado junto con otros miles de camaradas que inauguraron los primeros campos de concentración y, como luego escribió Bertold Brecht, tras los comunistas fueron los antifascistas y, finalmente, los judíos y muchas otras víctimas del terror imperialista.
Era el primer ejemplo histórico de la nueva propaganda imperialista, basada en la estrecha unión de la policía política (la famosa Gestapo) y los medios de comunicación. Los nazis inventaron la figura del periodista-policía, una nueva estirpe de siniestros funcionarios al servicio de las más burdas mentiras. Goebbels resumió esta nueva técnica en una frase hoy conocida: "Una mentira que se repite un millón de veces acaba convirtiéndose en una verdad". Pero nadie reconoce que los comunistas fueron los primeros en padecer la infamia sistemática de los nazis.

LOS TROTSKISTAS SALEN A ESCENA

A aquella primera campaña de propaganda anticomunista le siguió otra, con la leyenda de un supuesto genocidio cometido en Ucrania contra los "campesinos" por la colectivización socialista. Según aquellas informaciones difundidas por la Gestapo, la colectivización habría supuesto una terrible catástrofe en la que millones de campesinos murieron de hambre.
La colectivización del campo, un episodio más de la lucha de clases bajo el socialismo en la URSS, como no podía ser de otra forma, corría paralela a una fuerte polémica -también otra más- en el interior del Partido bolchevique entre dos corrientes políticas opuestas. Triunfó la línea marxista-leninista de continuar la construcción del socialismo que encabezaba Stalin, y las posiciones derrotistas y claudicadoras que bullían en su seno fueron depuradas y expulsadas del Partido. La más conocida -pero no la más importante- de esas corrientes es la trotskista, un movimiento insignificante inflado hasta la saciedad por la propaganda imperialista. En realidad Trotski nunca formó parte del Partido bolchevique, hasta pocos días antes de la
revolución, cuando en plena efervescencia del movimiento de masas, se incorporó -como tantos otros- a las filas bolcheviques a las que antes había combatido sin cesar.
Trotski fue admitido en la dirección del Partido y asumió importantes funciones tras la Revolución como responsable del Ejército Rojo, en el que tuvo que ser destituido pocos meses después, tras sus reiterados fracasos en la dirección de la guerra con los contrarrevolucionarios. Fue sustituido en esa función por Stalin y a partir de ahí sus desvaríos no cesaron. A pesar de ello, los bolcheviques demostraron una paciencia más propia de los franciscanos que de los revolucionarios. Tuvo que ser destituido de la dirección del Partido, luego expulsado de él, luego expulsado de la URSS y, finalmente, ejecutado en México.
La burguesía imperialista siempre ha presentado esta lucha como una pugna personal por el poder entre Stalin y Trotski y no como un aspecto más de la lucha de clases contra la burguesía en el seno del Partido. Porque mientras Trotski volvió finalmente al lugar del que había salido, a las filas de la reacción, Stalin siguió también donde siempre había estado: entre los bolcheviques. Así que la inmensa mayoría del Partido estaba por un lado, y Stalin con él, mientras por el otro estaban Trotski y un reducido número de militantes que se podían contar con los dedos de las manos.
Por tanto, la fama de Trotski proviene de su obstinada lucha contra los bolcheviques, prolongada durante varias décadas, y del apoyo que a esa lucha le proporcionó la burguesía. Trotski proporcionó al imperialismo algo muy valioso que éste no tenía: información de primera mano, del mismo interior de las filas revolucionarias en las que se había infiltrado. Esto dio un "tono" distinto a la campaña de infamias contra Stalin y el comunismo a través de un cúmulo de grupúsculos trotskistas que no eran más que el "caballo de Troya" del imperialismo camuflado entre algunos sectores estudiantiles o intelectuales. El nazismo nunca desperdició esta ayuda de los trotskistas en su guerra psicológica contra el movimiento comunista internacional. A su vez, los trotskistas se beneficiaron de los altavoces que el imperialismo les proporcionó en la prensa y la radio.

DE GOEBBELS A HEARST

La característica común de las dos primeras campañas de guerra psicológica es que, no obstante su amplitud, no ascendieron de las fronteras de la Alemania nazi, salvo un cierto eco en la prensa reaccionaria inglesa. Es aquí donde surge la figura del magnate de la prensa amarilla estadounidense Hearst, que en 1934 viajo a Alemania, donde fue recibido por Hitler como invitado y amigo leal. A partir de entonces, comenzó a abrir espacios en sus periódicos para difundir artículos firmados por Goering. El descrédito y las presiones populares le obligaron rápidamente a suspender la difusión de tales artículos, pero continuó "informando" acerca de la URSS con materiales más refinados que la Gestapo le remitía directamente desde Berlín, alusivos a masacres, esclavitud, presidios, etc. Entonces la noticia estrella era el genocidio en Ucrania a causa de las colectivizaciones, campaña iniciada el 18 de febrero de 1935 en el periódico sensacionalista de Hearst "Chicago American". A través de Hearst la Gestapo avanzó las primeras cifras: 6 millones de muertos por hambre en Ucrania.
¿Qué hay de cierto en ello?
Ucrania era conocido como el "granero de Europa", un país agrícola muy rico, ambicionado por Alemania y otras potencias imperialistas rivales como despensa alimenticia en sus preparativos de guerra. Cuando en 1935 el PCUS promovió la colectivización, 120 millones de campesinos pobres se levantaron contra los kulaks, unos 10 millones de terratenientes que a través de los koljoses se habían enriquecido con el socialismo. Se abrió un periodo de fuertes luchas en el campo, en toda la URSS. Los kulaks reaccionaron
armándose y creando bandas que asaltaban a los campesinos pobres, incendiaban los graneros y destruían las cosechas. Surgió la escasez de grano y el hambre, lo que finalmente desembocó en epidemias, un fenómeno muy común en aquella época, ya que la penicilina no se inventó hasta la segunda mitad de los años cuarenta. Por ejemplo, en Europa occidental una epidemia de la llamada "gripe española" causó 20 millones de muertos entre 1918 y 1920.
La colectivización, por tanto, no causó ningún estrago especial entre la población ucrania, más que la propia del aplastamiento de la reacción kulak. Por el contrario, fue la colectivización la que permitió el aprovisionamiento del Ejército Rojo y de los obreros soviéticos en la guerra mundial que estallaría sólo seis años después. En la guerra mundial, los kulaks supervivientes de la colectivización volvieron a Ucrania y colaboraron en la invasión nazi, privatizando las tierras de nuevo y asesinando a los campesinos por millones. Pero de estas matanzas nada ha difundido el imperialismo.

ROBERT CONQUEST TOMA EL RELEVO DE LA GESTAPO

La guerra mundial no acabó con la URSS como pretendieron las grandes potencias imperialistas. Por el contrario, el socialismo salió reforzado de la misma, obligando a una nueva ofensiva de guerra psicológica para encubrir su tremendo fracaso. Incapaces de derrotar por la guerra al socialismo, desataron una forma singular de agresión permanente y larvada: la guerra fría. En Estados Unidos el senador McCarthy inició una violenta campaña de persecución contra los comunistas y cualquier asomo de movimiento progresista que acabó extendiendo por todo el mundo como una fiebre de histeria. Desempolvaron los viejos argumentos de la Gestapo y Hearst. En 1953, financiado por los exiliados ucranios en Estados Unidos, se publicó el libro "Los sucesos negros del Kremlin"(1) en el que se inventaban toda una serie de matanzas truculentas en la URSS. Pero el personajillo que se especializaría en esta tarea fue Robert Conquest, ex-agente de la policía británica elevado unos años más tarde a profesor de la Universidad de Stanford en California, que escribió en 1969 "El gran terror" y en 1986 "Cosecha de amarguras"(2).
Aquel mismo año escribió por encargo de Reagan un libro inolvidable cuyo título lo dice todo acerca de su talla universitaria: "¿Qué hacer cuando los rusos vengan? Manual de supervivencia". La fuente de información de Conquest eran los kulaks ucranios que habían colaborado con el Ejército hitleriano en la ocupación de la URSS y que los Estados Unidos acogieron después como exiliados políticos. La mayor parte de esos ucranios eran criminales de guerra, como Mykola Lebed, jefe de seguridad en Lvov durante la ocupación nazi que colaboró en la persecución contra los judíos en aquella ciudad en 1942. En 1949 Estados Unidos le acogió como desinformador y comenzó a trabajar para la CIA. Las siniestras conexiones de Conquest no fueron conocidas hasta que el periódico británico The Guardian las desveló en un artículo publicado el 27 de enero de 1978. Los servicios secretos ingleses habían creado en 1947 para la guerra fría un departamento especial dedicado en exclusiva a la intoxicación periodística que se llamaba IRD (Information Research Department), aunque su nombre originario era también bastante ilustrativo: Communist Information Department. Su tarea era combatir la influencia comunista entre el proletariado británico con noticias e informaciones inventadas, por medio de contactos en las redacciones de los periódicos y en las emisoras de radio, comprando noticias, sobornando a los periodistas, etc. Cuando en 1977 se disolvió por sus escandalosos contactos con los fascistas británicos, se comprobó que unos 100 periodistas conocidos de la prensa, radio y la televisión cobraban de sus presupuestos y que regularmente recibían "informes" para su difusión. Conquest fue agente del IRD desde los comienzos hasta 1956 y su tarea era escribir "noticias" siniestras de la URSS para difundirlas en la prensa y la radio. Su libro "El gran terror" no es más que una recopilación de los artículos sensacionalistas que como agente del IRD escribió durante años sobre la URSS. Una tercera parte de los libros fueron comprados por la editorial Praeger que es la que habitualmente distribuye los libros de intoxicación de la CIA. Y por su libro "Cosecha de amargura" Conquest cobró 80.000 dólares de los exiliados fascistas ucranios.

LAS CIFRAS DEL GULAG

Según Conquest (y tras él toda la propaganda imperialista) los bolcheviques mataron a 26 millones de personas, con el siguiente desglose: 12 millones de presos ejecutados entre 1930 y 1953 y otros 14 millones muertos de hambre en la década de los años veinte. También siguiendo sus cálculos, en 1950 había de 25 a 30 millones de presos en los campos de trabajo soviéticos, de los que 12 de ellos eran "presos políticos", o sea contrarrevolucionarios.
Añade que en las depuraciones de 1936 a 1939 fueron ejecutadas un millón de personas y otros dos millones murieron de hambre. El resultado de estas depuraciones serían 9 millones de "presos políticos" y 3 millones de muertos. Soljenitsin, un fascista-zarista que recibió el Premio Nobel de Literatura(3) en pago a sus "servicios", infló todavía más las cifras de Conquest. Según él, los bolcheviques mataron a 110 millones de personas: 44 millones en la II Guerra Mundial y otros 66 millones desde la colectivización hasta la muerte de Stalin en 1953. Finalmente, calculaba que en 1953 en los campos de trabajo había 25 millones de presos.
Estas son las cifras que luego la prensa imperialista ha reproducido millones de veces por todo el mundo, por supuesto de fuentes "fidedignas".

LOS ARCHIVOS DEL KGB

Naturalmente, las conclusiones de la apertura de los archivos secretos por Gorbachov en 1993 no han recibido la misma dimensión informativa y sólo han alcanzado a las publicaciones científicas restringidas. Las conclusiones del estudio se han compendiado en 9.000 páginas redactadas por tres académicos rusos
(Zemskov, Dougin y Xlevnjuk) nada sospechosos de simpatías stalinistas. Estas conclusiones han sido reproducidas también por Nicolas Werth del CNRS (Instituto Francés de Investigaciones Científicas) en la
revista "L'Histoire" en setiembre de 1993, y por J. Arch Getty profesor de Historia de la Universidad de River Side en California en la revista "American Historical Review".
Todos los informes académicos son unánimes en desmentir la campaña tergiversadora. En la URSS en 1940 existían 53 campos y 425 colonias de trabajo, los famosos "gulags". Se diferenciaban porque las colonias eran más pequeñas y con un régimen penitenciario más relajado que los campos y a ellas se destinaban los presos con condenas más reducidas. En los campos y colonias los presos no estaban recluidos en espacios cerrados sino que trabajaban y cobraban el mismo sueldo que los demás trabajadores, sobre la base del principio de que los presos no podían resultar una carga para la sociedad. Trabajaban durante su jornada laboral (7 horas diarias) y luego debían recluirse en los recintos cerrados y custodiados. En la URSS no había cárceles como las que conocemos aquí, en las que impera la ociosidad: trabajar era una obligación para todos, y no un derecho. Imperaba el conocido principio general de que "quien no trabaja no come". En 1939 en los campos y colonias había un total de 2 millones de presos, de los que 454.000 eran contrarrevolucionarios. De ellos murieron 160.000 por causas diversas, especialmente epidemias, enfermedades contagiosas y falta de medicinas. Después de la guerra, en 1950, el número de contrarrevolucionarios presos subió a 578.000, pero el porcentaje de presos que en total purgaban sus condenas nunca pasó del 2'4% de la población adulta de aquella época. ¿Qué significan estas cifras? Hagamos comparaciones...
En Estados Unidos hoy viven 252 millones de personas y hay 5'5 millones de presos en total, es decir, un 2'8% de la población adulta. Más que en la URSS de la época de Stalin. Y Estados Unidos ni padece un levantamiento armado de las proporciones de la guerra civil en la URSS, ni tampoco la amenaza exterior de ninguna potencia. Por el contrario, la URSS surge de una guerra mundial, padece una guerra civil, una invasión exterior de las grandes potencias, un sabotaje permanente de espías y contrarrevolucionarios y, finalmente, una nueva guerra mundial. A pesar de ello, el número total de presos era inferior al actual en Estados Unidos. En cuanto a las muertes en los campos y colonias de trabajo, los porcentajes van del 5'2% en 1934 al 0'3% en 1953, lo que hace un total aproximado de un millón de presos, la mitad de ellos en el periodo de 1934 a 1939, y siempre por causas involuntarias, como se demostró al difundirse tras la II Guerra Mundial el uso de antibióticos, que redujo notablemente el volumen de fallecimientos. En la URSS existió la pena de muerte, que se ejecutaba sólo en los casos más graves de levantamientos armados contra el socialismo. Dimitri Volkogonov, nombrado por Yeltsin jefe de los antiguos archivos soviéticos, ha calculado en 30.514 el número de fusilados entre 1936 y 1938 y, según cifras actuales del KGB, desde 1930 hasta 1953 habrían sido condenados a muerte 786.000 detenidos. Pero esta última cifra no parece convincente y puede referirse al total de ejecuciones entre delincuentes comunes y contrarrevolucionarios. Quizá pueda deberse también a que el KGB  contabilizó todas las sentencias de muerte, incluso aquellas que luego no se ejecutaban y se conmutaban por otras. En todo caso, puede decirse que los fusilamientos en una de las fases más aguda de la lucha de clases en la URSS entre 1936 y 1939, la época llamada del "gran terror" entre los imperialistas, serían de unos 100.000. Por tanto, muy lejos de los millones de la propaganda con la que nos han bombardeado durante años. Pero hay detalles muy poco conocidos. Por ejemplo, hasta 1937 la pena máxima establecida por las leyes soviéticas era de 10 años, y el 82% de los condenados lo eran a penas inferiores a 5 años. Las penas dictadas por los tribunales populares eran algo superiores, pero en todo caso, sólo el 51% de los contrarrevolucionarios fueron condenados en 1936 a penas superiores a los 5 años. Cuando en 1937 se elevó el tope de las penas, sólo el 1% de los contrarrevolucionarios fueron condenados a penas superiores a los 10 años. Ni existía la condena a perpetuidad como en Estados Unidos, ni nadie cumplía condenas de más de 20 años, como en España. Los comentarios, una vez más, sobran.

LOS CONVICTOS DEL GULAG

Pero todas esas cifras expuestas no nos daría una imagen ni siquiera aproximada de la URSS en los años treinta y las durísimas condiciones en las que se desarrollaba la lucha de clases de los obreros y los campesinos pobres. Pese a la colectivización, los kulaks no desistieron en su empeño de doblegar a los campesinos pobres, asesinando a los militantes comunistas, a los funcionarios del Estado y a los cooperativistas, incendiando las cosechas, provocando plagas, matando a los animales de trabajo y provocando el hambre. El Partido Comunista y los campesinos pobres tuvieron que luchar en las condiciones más adversas porque los kulaks contaban con importantes apoyos exteriores y tenían experiencia de años en el control de todos los resortes del poder en el campo. Sin duda la represión debió ser dura y los kulaks más destacados por sus crímenes fueron justamente ejecutados o condenados a los campos de trabajo. No obstante, de los 10 millones de kulaks existentes antes de la colectivización sólo resultaron condenados 1'8 millones de ellos a diversas penas. Es seguro que cuando la lucha es tan encarnizada y de tan vastas proporciones, se produjeron errores, injusticias y venganzas particulares. Pero en su conjunto, la lucha fue acertada, permitió subsistir a la URSS y salvó aún muchas mas vidas de las que costó. Y sobre todo: esas vidas que se salvaron eran las de los obreros, los campesinos pobres, los cooperativistas y la población en general de todos los pueblos de la URSS. además, la situación no se ceñía exclusivamente al campo. También en las fábricas y en el Ejército ocurría algo parecido. Numerosos cuadros y técnicos provenían de las filas de la burguesía, ya que eran cuadros cualificados de los que no se pudo prescindir inicialmente. La mayor de parte de ellos colaboraron lealmente con los obreros en los planes quinquenales, pero otros saboteaban la producción, retrasaban los suministros, destruían la maquinaria y boicoteaban las tareas, causando un extraordinario perjuicio a la producción, en unos momentos clave en que la amenaza exterior del imperialismo acechaba. La revolución, cabe concluir, no es un camino de rosas, desgraciadamente. Pero no será porque los revolucionarios estén sedientos de sangre. Es seguro que si los capitalistas renunciaran voluntariamente a sus privilegios, todo resultaría más fácil. La Historia demuestra que eso no ha sucedido nunca y que los que lo tienen todo no dudan en masacrar a los que no tienen nada para salvaguardar sus prebendas. Y luego encima nos vuelven la historia del revés.

Notas
(1) "Black deeds of the Kremlin".
(2) "Harvest of sorrow".
(3) Por sus libros "Archipiélago gulag" y "Un día en la vida de Iván Denísovich"

FUENTE: http://www.nodo50.org/nucleoterco/docs/tex_mito_gulag.pdf