viernes, 20 de julio de 2012

Unidad, organización y Poder Popular

La profunda crisis capitalista, que con epicentro en Europa y los EEUU derrama inevitablemente sus efectos en todo el mundo, pone en primer plano la imposibilidad manifiesta del capitalismo para siquiera menguar sus efectos sobre la sociedad. Esta situación nos impone la necesidad de avanzar firmemente en nuestro país en la construcción de una alternativa poscapitalista, en el camino de una revolución socialista de liberación nacional.
Queda claro el fracaso de las políticas de ajuste social implementadas en Europa, las cuales sólo han profundizado los efectos de la crisis y la inoperancia de los enormes salvatajes realizados a los bancos y entidades financieras, responsables directos de la crisis existente. Siguiendo las recetas habituales, los ajustes se enfocan sobre los sectores más débiles, se busca defender a toda costa que los ricos no paguen más, y se recarga la crisis sobre los más desprotegidos.
Alarma el negativo protagonismo de Alemania como gendarme disciplinador de la economía Europea en línea con el papel que juega la llamada “troika”, integrada por representantes de la Unión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional en la supervisión de los planes de ajuste y en el rescate de la banca.
Al caso de Grecia, que es un ejemplo claro de estas políticas, hoy se suma el desbarranque de la economía Española, en donde el gobierno conservador del PP sólo atina a implementar disciplinadamente los salvajes ajustes dictados por las autoridades europeas, reprimiendo a quienes se oponen a los mismos y poniendo a su país al borde de una catástrofe social.
Resultan también indisimulables los efectos de la crisis en los EEUU con fuertes consecuencias sociales y una alta desocupación que complica el panorama en medio de la campaña electoral, lo que intensifica la tendencia del imperio a aumentar su agresividad proporcionalmente al agravamiento de su crisis como se verifica de manera sumamente preocupante en la nueva ola intervencionismo y agresión contra Siria e Irán, que pone a la región al borde de una guerra de resultados catastróficos. 
Esto mismo se refleja en nuestro continente. Partiendo de la valoración de los procesos de segunda independencia que buscan llevar adelante varios países de la región, debemos llamar la atención sobre las medidas que estaban tomando los EEUU para recomponer su desgastada hegemonía en nuestro continente.
En este sentido vemos como la administración Obama lleva adelante un manual de instrucciones desestabilizadoras que se suma al manto de agresión y amenaza militar en la región (IV Flota, Bases, continuidad del Plan Colombia) y el impulso de maniobras políticas como el fomento a las derechas opositoras, el hostigamiento a los gobiernos populares, golpes de Estado consumados como en Honduras y Paraguay, o fracasados como en Venezuela, Ecuador y Bolivia. Un dato clave en este esquema del imperialismo es su fuerte apuesta por consolidar la posición de los países del llamado Arco del Pacifico como mecanismo de contención a los procesos emancipadores.
Resulta indispensable sostener los procesos de transformación que se vienen dando en nuestra región frente a los avances de las derechas y el imperio, y en este sentido debemos realizar todos nuestros esfuerzos para contribuir a garantizar el triunfo del presidente Chávez en las elecciones del próximo 7 de octubre, donde se juega en gran medida la suerte de los proyectos integracionistas y emancipadores de nuestra América.
Por eso los comunistas nos comprometemos a continuar y acentuar la lucha por conseguir la unidad del campo popular, por la constitución del Frente de Liberación Nacional y Social que proponemos.
Debemos reforzar el camino que tuvo un mojón fundamental en el Encuentro de Mar del Plata de fines del 2011, en donde nos reunimos para celebrar el aniversario del entierro del ALCA (en donde Kirchner jugó un gran papel en acuerdo con Chávez y Fidel y los demás presidentes progresistas de la región), y decidimos constituir un foro antiimperialista permanente entre las distintas fuerzas allí presentes. Foro que debe trabajar en nuestro país la línea que están siguiendo el ALBA, el MERCOSUR, la UNASUR y la CELAC como articuladores fundamentales de los procesos de integración regional que buscan fortalecer la autonomía política y económica de la región.
Nos alienta también la constitución del Frente Nacional por la Soberanía Energética, FRENASE. Este espacio está en proceso de conformación en todo el país para enfrentar uno de los desafíos más importantes que tenemos como lo es la recuperación de la Soberanía Energética para lo cual se ha dado un primer paso muy importante con la recuperación de las acciones de YPF en manos de REPSOL. 
Y en este camino nos alientan especialmente las presencias y el contenido que tuvo el acto realizado en Vélez Sarsfield. Sabemos que puede haber varias interpretaciones de ese acto, pero nosotros valoramos el llamado a la unidad y a la organización hecho por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner como una convocatoria a la construcción de un gran frente. Es desde esta perspectiva con la que realizamos nuestra caracterización del gobierno, de las fuerzas que lo componen y valoramos la actitud que en ese acto tuvieron los compañeros del Movimiento Evita, La Campora, la Kolina, el Frente Transversal, la CTA de los trabajadores y los diversos sectores kirchneristas que estuvieron allí presentes al igual que la importante presencia del Frente Nuevo Encuentro, espacio que integramos, que valoramos y que sabemos que es importante pero no suficiente, que debe ampliarse aún más. 
Esta unidad amplia políticamente y profunda en lo programático, es la que debemos fortalecer para enfrentar las avanzadas del imperio, que intentó recientemente instalar en nuestro país una base de operaciones en la provincia del Chaco, la cual fue oportunamente rechazada por la movilización popular y el gobierno. Pero el imperio, que no cesa en presionar ante los avances alcanzados en la región, ha logrado que a través de la presión del GAFI se apruebe en nuestro país la llamada Ley Antiterrorista. Nos hemos opuesto a esta ley desde su implementación en 2007 y hoy, ante esta nueva versión de la misma, nos seguimos movilizando y hemos presentado nuevamente un proyecto de ley exigiendo su inmediata derogación. 
Con este enfoque y desde nuestra cultura política, los comunistas llamamos unir fuerzas, a trabajar y a darle consistencia a la unidad de los sectores populares en un amplio Frente de carácter antiimperialista. El mismo debe contener y reconocer a las distintas identidades políticas en que se agrupan las corrientes ideológicas en la Argentina: el marxismo socialista, comunista; el nacionalismo popular revolucionario y el cristianismo revolucionario.
Esta unidad es inseparable del debate y de la disputa. 
Tenemos un debate con los sectores de izquierda que sobre la base de sostener que aquí hay una lucha interburguesa atacan al gobierno argentino y a otros gobiernos progresistas latinoamericanos para terminar, como ocurrió con la 125 en el Monumento de los Españoles, con los sectores más reaccionarios del país.
Tenemos un debate también con los sectores socialdemócratas y socialcristianos agrupados en el FAP que, luego de haber coqueteado con la oligarquía por la 125, hoy, en concordancia con la debacle en que ha caído la socialdemocracia en el mundo luego de haber asumido la administración de los modelos neoliberales y los dictados del FMI desmantelando los Estados de Bienestar, han quedado encerrados en la lógica burguesa de reducir la política a un posicionamiento electoralista entre oficialismo y oposición.
La constitución del Frente que proponemos nos otorgaría indiscutiblemente más fuerza para enfrentar a la derecha, para defender lo logrado y sobre todo para avanzar decididamente sobre lo que falta, ya que solo avanzando, y avanzando firme y audazmente podremos evitar retroceder.
La necesidad de avanzar en la profundización de las transformaciones se hace evidente en el contexto de la crisis capitalista mundial y, como no podía ser de otra forma, esto comienza a generar fuertes disputas también al interior del gobierno. Se hacen cada vez más evidentes las diferencias entre los tradicionales “pejotistas” y los “kirchneristas”. Esto se manifiesta en la superficie en el conflicto desatado con Daniel Scioli, autoproclamado candidato presidencial al 2015 y favorito de los monopolios mediáticos y en el enfrentamiento con Hugo Moyano, que al igual que los llamados “gordos” de la CGT que hoy negocian con el gobierno, representan un modelo sindical burocrático y empresarial agotado que es necesario superar en esta etapa, lo que sólo será posible a partir de la construcción de un poderoso frente popular y de los trabajadores con autonomía política que impulse y sostenga las impostergables transformaciones estructurales que necesitamos. 
Una de las leyes fundamentales para defender los procesos latinoamericanos, entre ellos el argentino, es el de avanzar y profundizar las transformaciones.
Hasta ahora, los procesos latinoamericanos han realizado la importante tarea de limar los perfiles más duros del neoliberalismo y esto ha sido muy importante, pero en esta nueva etapa se trata de avanzar no sólo con importantes medidas anticíclicas, sino también con medidas anti-sistema impulsando cambios estructurales, lo cual nos enfrentara a obstáculos y resistencias cada vez más duros ya que avanzar en este sentido es atacar la estructura misma del capitalismo.
Por eso necesitamos cada vez más fuerza, más unidad y más organización para alcanzar una unidad programática que, a nuestro entender, debe contener estos ejes centrales:

-Más integración de los pueblos latinoamericanos en el plano económico-político.
-Efectiva distribución de la riqueza y reforma impositiva.
-Plena recuperación de la soberanía del Estado sobre el patrimonio nacional enajenado y nuestros recursos naturales.
-Avanzar en la transformación del sistema financiero.
-Impulsar el Desarrollo rural y la Reforma Agraria
-Fortalecer la promoción de la economía social 
-Profundizar la ampliación democrática 

Lo que ha fracasado en la Argentina es el capitalismo, y no hay ningún tipo de capitalismo, serio o como se lo quiera llamar que nos pueda sacar de esta crisis.
Por eso planteamos avanzar en el debate sobre una sociedad poscapitalista, socialista en el sentido que lo planteaba Mariátegui, original, nunca copia, un socialismo como creación heroica de los pueblos latinoamericanos.
Este es el camino por el cual podremos avanzar hacia la solución de los problemas de nuestro pueblo.
Esto tiene como requisito insustituible la unidad y una unidad articulada, organizada, construida por abajo ya que tiene que ser una unidad en función de un nuevo tipo de poder, de poder popular. 
La desunión no sólo nos amenaza con el estancamiento, sino que lo hace con algo peor que es la vuelta al pasado. Solo la unidad puede llevarnos al futuro, como decía el Che: Si supiéramos unirnos, que bello seria el futuro y que cercano.

Declaración del Partido Comunista de la Argentina
 Julio de 2012

domingo, 1 de julio de 2012

Reclamos justos para la profundización y no para la restauración

Comunicado de la Federación Juvenil Comunista de la provincia de Buenos Aires ☭

Miércoles 27 de junio de 2012

Reclamos justos para la profundización y no para la restauración

Desde la Fede de la provincia de Buenos Aires consideramos absolutamente legítimos los reclamos de aumento del mínimo no imponible y asignación familiar sin restricciones. Rechazamos absolutamente los postulados de los economistas burgueses que sostienen que el salario es ganancia queriendo cargar sobre los trabajadores la presión tributaria que no se ejerce sobre la renta minera o financiera.

Así mismo queremos denunciar que sobre reclamos legítimos de la clase obrera se están montando los intereses del imperialismo y sus lacayos que aprovechan la situación para desestabilizar procesos democráticos y populares. Lo sucedido en Paraguay y las intentonas golpistas desatadas en las últimas horas en Bolivia son señales que encienden la luz de alerta y nos obligan a ser absolutamente cuidadosos y responsables. Por ello lamentamos profundamente que haya sectores de la izquierda y el nacionalismo popular que sumergidos en la lógica oficialismo/oposición, terminen siendo funcionales a los intereses de la derecha y el imperialismo.

Sostenemos que la salida a todas estas problemáticas se encuentra en la profundización de la distribución de la riqueza, que pese a las conquistas obtenidas desde el 2001 hasta la fecha, todavía favorece ampliamente al capital sobre el trabajo. Por ello sostenemos que hoy en día en la Argentina no puede haber ningún trabajador cuyo salario se encuentre por debajo de los $5.000.

Así mismo llamamos a toda la juventud trabajadora de la provincia de Buenos Aires a organizarse en sus lugares de trabajo para romper con los pactos entre las burocracias sindicales y las patronales. Romper los techos salariales, liberar al salario de cualquier tipo de presión tributaria y la asignación familiar sin restricciones no es una demanda coyuntural sino un derecho de los trabajadores. Creemos que dichos reclamos no pueden ser tomados y empañados por aquellos que pretender volver al neoliberalismo y terminar con los procesos de integración latinoamericana, sino que tienen que formar parte de una base programática del campo popular que apunte a la radicalización de los procesos de cambio en nuestro continente y no a la restauración conservadora.

FEDERACIÓN JUVENIL COMUNISTA DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES

MAXI Y DARIO PRESENTES!

"...Fue entonces cuando Pablo alumbró con un comentario esta escena, no por conocida menos importante para interpretar este tramo de nuestra marcha. Dijo que quería llamar la atención sobre el gesto de Darío, acompañando a Maxi en el momento final. “Fue Darío quien se quedó con el compañero herido”, subrayó. “No fuimos todos, fue él quien se quedó hasta el final”. Agregó que necesitamos que ésta sea la actitud, el gesto colectivo de las organizaciones populares. Luchar hasta el final, por todos, acompañando a quienes están peor, en cada momento.

Muchas veces pensé en esos minutos en los que Darío, rodeado de policías, no corrió, sino que se quedó arrodillado acompañando a Maxi. Pensé en esa hermandad de los caídos, que sin conocerse casi, se saben acompañándose, frente a un poder que excluye, mata, y desintegra voluntades. Darío con la rodilla en el piso frío de la estación, junto a Maxi desangrándose. Darío dando la mano al compañero y la espalda a la bala…

Pedagogía del acompañamiento, de la coherencia. De esos gestos se forman los cuerpos colectivos con capacidad de resistencia y de desafío. Cuerpos que sienten y piensan, piensan y sienten entonadamente, donde la palabra y el acto no desafinan.

Lo que aprendí y aprehendí en esa clase, es la posibilidad de extender esta pedagogía del ejemplo a la hora de asumir los desafíos actuales de los movimientos populares. Pensar el gesto de Darío, no sólo como un gesto individual conmovedor, sino también como una manera de definir el lugar posible de las organizaciones populares en este tiempo.

Opción preferencial por los pobres, lo llama la teología de la liberación. Pedagogía del oprimido, lo llamó Paulo Freire. “Con los pobres de la tierra, quiero yo mi suerte echar”, escribió José Martí. Y el Che insistía en que “no se trataba de desearle suerte al agredido, sino de correr su propia suerte”.

Pedagogía del ejemplo, le dicen los compas del Movimiento Sin Tierra del Brasil. En el andar zapatista, “caminar al ritmo del más lento”, el “para todos todo, nada para nosotros”.

A veces la pedagogía popular exige no correr ni caminar. Quedarse junto al caído. Hasta que el último se levante. No dejar a nadie tendido, en las vueltas de la historia. “Que no haya soledad”, dijo Silvio.

Y con esa fuerza que nos da la mano en la mano del compañero, aún del que se encuentra más jodido, encontrar el sentido último pero también el primero de nuestros movimientos. Ese sentido que se transmite en mensajes inconclusos, incomprensibles para el poder, escritos en clave de pueblo, como lo hacían Maxi y los chicos de Guernica.

La creación del hombre nuevo, de la nueva mujer, de las nuevas organizaciones, de la nueva sociedad, se realizan precisamente en el instante en que negamos, no sólo con palabras, sino fundamentalmente con actos, hasta el último gesto de capitalismo que nos habita y nos corrompe, que nos disocia y mata.

Darío despreciando al poder, tendiendo la mano al compañero caído. En esa línea que se dibujó en el aire entre la bala y su cuerpo, quedó marcada una frontera, que tal vez pueda ayudarnos a ubicar, de qué lado estamos."
 

Claudia Korol.

Enfrentemos el avance imperialista en Bolivia

En su plan por desestabilizar los procesos progresistas del continente, el imperialismo y sus aliados locales no descansan.
 Consumado el Golpe fascista contra Lugo en Paraguay, se lanzan llenos de furia contra el gobierno popular de Evo Morales en Bolivia. Lo que fue presentado en un principio como un reclamo económico-gremial de la policía se ha transformado, como viene sucediendo en distintos países de nuestra región, en una verdadera escalada de innegable corte desestabilizador y golpista. 
Ahora buscan producir movilizaciones y tomas de objetivos estratégicos en La Paz, mientras intentan agrupar a todo el arco opositor y desestabilizador. 
Urge organizar en nuestro país y en toda la región el rechazo a estos planes golpistas. El MERCOSUR reunido en Mendoza y la UNASUR deben tomar medidas enérgicas e inmediatas. 
Con Franco en Paraguay y la derecha en Bolivia, podría unirse la frontera agrícola paraguaya con las explotaciones sojeras del oriente boliviano, abriendo la posibilidad de que la producción sea trasladada para su exportación a través de la ruta del Transchaco que une Santa Cruz con Asunción. Esto, en los hechos, conformaría una suerte de “República Sudamericana de la Soja” que, entre otras cosas, comprometería aun más la soberanía alimentaria tanto de Bolivia como de Paraguay. 
El movimiento popular de todo nuestro país, particularmente el de la zona fronteriza, debe convocarse de inmediato para la defensa del gobierno de Evo Morales. 
Combatamos todo espíritu de expectativa y comodidad, pronunciándonos y movilizándonos para frustrar, como ya hemos hecho en otras oportunidades, este nuevo intento golpista en Bolivia.

¿Por qué cayó Lugo? La conexión del agronegocios

 El Congreso del Paraguay consumó este viernes uno de los fraudes más descarados de la historia política latinoamericana: destituyó, en un juicio sumarísimo que se asemejó mucho más a un linchamiento político que a un proceso constitucional, al presidente Fernando Lugo. Con una rapidez  proporcional a su ilegitimidad, el Senado más corrupto de las Américas -¡y eso es mucho decir!- lo halló culpable de "mal desempeño" de sus funciones debido a las muertes ocurridas en el desalojo de una finca en Curuguaty. Esa masacre fue una trampa montada por una derecha que desde que Lugo asumiera el poder estaba esperando el momento propicio para acabar con un régimen que, pese a no haber afectado a sus intereses, abría un espacio para la protesta social y la organización popular incompatible con su dominación de clase. El eterno deshonor de ser el conductor de este golpe institucional, que imita al perpetrado en contra de Mel Zelaya en Honduras (con la salvedad de la operación comando mediante el cual este fuera sacado de su casa a punta de bayonetas) le correspondió al señor Aldo Zucolillo, director y propietario del diario ABC Color y encumbrado dirigente de la Sociedad Interamericana de Prensa, la siniestra SIP. Ese personaje de marras -un hijo putativo del strossnismo- es al igual que varios de sus congéneres en el resto de la región un inescrupuloso empresario que fomenta sus negocios al amparo de la “libertad de prensa” y de un inverosímil “periodismo independiente”, taparrabos que no alcanza a ocultar al torvo empresario que, como lo demuestra el economista paraguayo Idilio Méndez Grimaldi, es el  “socio principal en Paraguay de Cargill, una de las transnacionales más grandes del agronegocios en el mundo.” El ABC Color lanzó una intensa campaña previa al golpe de estado, preparando el clima político que hizo posible el rapidísimo linchamiento político de Lugo. El protagonismo de Cargill y Monsanto en el democracidio perpetrado en Paraguay es escandaloso Ofreciendo una radiografía del saqueo sistemático al que ha sido sometido ese país el economista paraguayo Méndez Grimaldi sostiene que “las transnacionales del agronegocio en Paraguay prácticamente no pagan impuestos, mediante la férrea protección que tienen en el Congreso, dominado por la derecha. La presión tributaria en Paraguay es apenas del 13% sobre el PIB. El 60 % del impuesto recaudado por el Estado paraguayo es el Impuesto al Valor Agregado, IVA. Los latifundistas no pagan impuestos. El impuesto inmobiliario representa apenas el 0,04% de la presión tributaria, unos 5 millones de dólares, según un estudio del Banco Mundial aún cuando el agronegocio produce rentas en torno al 30 % del PIB, que representan unos 6.000 millones de dólares anuales. ... . El 85 por ciento de las tierras, unas 30 millones de hectáreas, está en manos del 2 por ciento de propietarios.”
    En un capitalismo de estas características, donde la prebenda y el soborno constituyen el motor de la acumulación del capital, era poco probable que Lugo pudiera estabilizarse en el poder sin construir una poderosa base social de sustentación. Sin embargo, pese a las advertencias de numerosos aliados dentro y fuera de Paraguay el derrocado presidente no se abocó a la tarea de consolidar la multitudinaria pero heterogénea fuerza social que con gran entusiasmo lo elevara a la presidencia en Agosto del 2008. Su gravitación en el Congreso era mínima (sólo 4 senadores se opusieron al golpe parlamentario) y en Diputados no tenía mucho más. Sólo la capacidad de movilización que pudiera demostrar en las calles era lo que podía conferirle gobernabilidad a su gestión y desalentar a sus enconados enemigos. Pero se resistió tercamente a ello pese a la predisposición de amplios sectores dentro de Paraguay y al  muy favorable entorno de mandatarios amigos que gobernaban en la región y que estaban dispuestos a acompañarlo en la empresa.  Pero no lo entendió así y a lo largo de su mandato se sucedieron continuas concesiones a la derecha, ignorando que por más que se la favoreciera ésta jamás iría a aceptar su presidencia como legítima. Gestos concesivos hacia la corrupta oligarquía paraguaya lo único que lograron fue envalentonarla, no apaciguar la virulencia de su oposición. Pese a esas defecciones Lugo no dejó de ser considerado como un intruso molesto, por más que promulgara, en vez de vetarlas, las leyes antiterroristas que, a pedido de “la Embajada”  -otro protagonista decisivo de su caída, junto a las transnacionales del agronegocios y los oligarcas locales- aprobaba la banda que dominaba el Congreso. Una derecha que, por supuesto, siempre actuó hermanada con Washington para impedir, entre otras cosas, el ingreso de Venezuela al Mercosur. Prueba de ello es que una de las primeras declaraciones que hizo su ilegítimo sucesor,  Federico Franco, fue asegurarle a la CasaBlanca que el Senado paraguayo no votará el ingreso de los bolivarianos al Mercosur. Lo que el usurpador no sospecha es que hay altas probabilidades de que sea su país el que se vaya a quedar fuera del Mercosur, la UNASUR y otras organizaciones regionales. Tarde se dio cuenta Lugo de lo poco democrática que era la institucionalidad del estado capitalista, que lo destituyó en un tragicómico simulacro de juicio político violando impunemente todas las normas del debido proceso. Y mal reaccionó al convalidar con su actitud de monacal obediencia la monstruosidad jurídica perpetrada en su contra, actuando más como un obispo que perdona un pecado venial cometido por un humilde feligrés que como un presidente popular despojado de su cargo por una gavilla de saqueadores. ¿Por qué no convocó al pueblo a resistir, rodeando con una muralla humana el edificio del Congreso para frustrar el golpe de estado?  Una lección para todos los pueblos de América Latina y el Caribe: sólo la movilización y organización popular puede garantizar la estabilidad de gobiernos interesados en impulsar un proyecto de transformación social, por más moderado y contemporizador que sea su afán reformista, como fue el caso de Lugo. La oligarquía y el imperialismo jamás cesan de conspirar y actuar, y si a veces parece que están resignados ante el avance de un gobierno instalado por una mayoría popular, esta apariencia es engañosa, más ilusoria de real, como se acaba de comprobar una vez más en el sufrido país hermano del Paraguay.
ATILIO BORON.